Cuando la pandemia de coronavirus se encontraba en fase de expansión exponencial, muchos depositaban todas sus esperanzas en las temperaturas elevadas del verano para intentar lograr frenar su expansión: es cierto que el verano ha coincidido con una bajada de las cifras en Europa, pero no así en otras partes del mundo en las que se enfrentan actualmente a un pico de la Covid-19 (enfermedad provocada por el SARS-CoV-2), que no parece tener fin.
El profesor Tom Jefferson, del Centro de Medicina basada en la Evidencia y dependiente de la Universidad de Oxford, ha revelado en una entrevista con The Daily Telegraph que "el virus, creo, ya estaba aquí, y aquí quiere decir en todas partes. Puede que estemos viendo un virus que ha permanecido latente durante años y que se ha activado por las condiciones ambientales". El motivo de esta afirmación residiría en la temperatura ideal en la que se estabiliza y activa el SARS-CoV-2: los cuatro grados.
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Esta cifra se encuentra en las aguas residuales (de ahí que Barcelona encontrase restos biológicos del coronavirus en marzo de 2019 en muestras analizadas hace algunas semanas) y en muchas de las empresas cárnicas (uno de los lugares en los que los brotes son más intensos e importantes). Por lo tanto, es posible que el SARS-CoV-2 no provenga de un mercado de Wuhan como se creía, o de un laboratorio, sino que ha permanecido latente hasta que la logrado activarse.