UROLOGÍA

Resección transuretral de la próstata: así es la operación más realizada para tratar la HBP

Se realiza a través del canal urinario (sin ninguna incisión en la piel) en el que se reseca parte del tejido prostático que está provocando la obstrucción urinaria

Resección transuretral de la próstata: la intervención más realizada para la HBP / Freepik

Rafa Sardiña

La resección transuretral de la próstata (RTUp) es el procedimiento más realizado en el mundo para casos de obstrucción prostática que provoca la hiperplasia benigna de próstata (HBP).

  • Es, sin duda, la patología más frecuente de la glándula prostática: un crecimiento benigno de la misma que afecta a un 40% de los varones mayores de 60 años y al 80% de los mayores de 80. 

La cirugía suele ser explicada a los pacientes, en palabras del doctor, como: "se trata de algo similar a quitar los gajos de una mandarina dejando la piel, es decir, retiramos el tejido de la zona central de la próstata".

Y por sus buenos resultados de eficacia y seguridad mantenidos en el tiempo, la mayoría de los urólogos siguen considerando esta operación como una alternativa muy fiable y con escasos riesgos para un problema demasiado común en los hombres mayores.

Claro que hablamos de la operación en personas mayores. Porque la consecuencia no deseada más frecuente sí sería un problema en varones que están en edad tener hijos.

Nos referimos a la eyaculación retrógada, que llega a ocurrir a dos de cada tres varones operados. Y aunque no evita el placer, el hecho de que el semen no salga al exterior impediría una fecundación en condiciones normales.

Nuevas tecnologías para tratar la HBP

Sin embargo, con la llegada de tecnologías más avanzadas, con procedimientos menos invasivos y una tasa de recuperación más rápida, la tendencia es que este tipo de cirugía se empiece a realizar cada vez menos. 

Los tratamientos quirúrgicos para la HBP están pensados para personas que “no toleran o no desean utilizar la medicación, o cuando no hay una respuesta satisfactoria al tratamiento farmacológico”.

  • Y también “en pacientes con complicaciones como uso de sonda urinaria, sangrado, o cálculos en la vejiga también se recomienda el abordaje quirúrgico”.

La hiperplasia benigna de próstata es un crecimiento de la próstata / Wikimedia Commons

Tal y como explica a ‘Guías de Salud’ el doctor Juan I. Martínez-Salamanca, coordinador del Grupo de Andrología de la Asociación Española de Urología, "en la actualidad, las alternativas más recomendadas son las siguientes":

  • Enucleación prostática con láser Holmium.
  • Sistema Rezum, técnica basada en la energía del vapor de agua.
  • Ablación térmica con Echolaser, procedimiento percutáneo microinvasivo que utiliza la luz láser transmitida por microfibras ópticas para eliminar el adenoma de próstata.
  • Fotovaporización prostática con Láser Verde.

¿Cómo se realiza esta técnica y para qué pacientes está indicado?

Se realiza a través del canal urinario (sin ninguna incisión en la piel) en el que se reseca parte del tejido prostático que está provocando la obstrucción urinaria.

La hiperplasia benigna de próstata produce incontinencia urinaria / Freepik

Es una técnica tradicional que realiza desde hace muchos años en urología para disminuir los síntomas propios de la hiperplasia benigna de próstata, tales como:

  • Interrupciones en el flujo de orina
  • Dificultad para iniciar la micción
  • Goteo después de orinar
  • Necesidad urgente de miccionar
  • Flujo de orina débil
  • Sensación de que la vejiga sigue llena después de hacer pis con mucha frecuencia, sobre todo por la noche.

Inteligencia Artificial contra el cáncer de próstata / Freepik

La resección transuretral de la próstata “está indicada para próstatas con un peso inferior a 80 gramos y también se puede realizar en casos de tumores que causan obstrucción urinaria”, señala el especialista.

¿Cómo es el posoperatorio? ¿Y si no mejoran los síntomas?

Los pacientes suelen permanecer hospitalizados durante 24 a 48 horas después de la cirugía, “con el uso de una sonda en el conducto urinario para prevenir el sangrado”. 

  • Después de eso, se retira la sonda y el paciente puede irse a casa. El tiempo para la recuperación total de los síntomas urinarios “puede variar de 30 a 90 días”.

En los casos en que los síntomas no mejoran, puede ser necesario “evaluar la fuerza de contracción del músculo de la vejiga, que puede verse afectado por la enfermedad”.

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