CARDIOLOGÍA
La hormona del amor, oxitocina, podría ayudar a reparar el corazón tras un infarto
Un nuevo estudio de la Universidad Estatal de Michigan (Estados Unidos) ha encontrado que la oxitocina tiene una función nunca antes conocida
La oxitocina, la conocida como la hormona del amor, clave para reparar el corazón después de un infarto / Europa Press
Rafa Sardiña
La oxitocina es una molécula bastante pequeña, que consta de nueve aminoácidos y que se produce en el sistema nervioso central, exactamente en una zona llamada hipotálamo (donde se controla el estado de ánimo, la frecuencia cardíaca o la sensación de hambre).
Se trata de una hormona que cada día cuenta con más fama, por aquello de estar popularmente ligada al amor y a la positividad.
Pero ahora, un nuevo estudio de la Universidad Estatal de Michigan (Estados Unidos) y publicado en la revista científica Frontiers in Cell and Development Biology, ha encontrado que la oxitocina tiene una función nunca antes conocida.
Este compuesto químico podría tener un gran potencial para ayudar a que el tejido cardíaco se regenere después de una enfermedad cardiovascular.
Todos sabemos que la oxitocina es fundamental durante el parto (mantiene las contracciones para la dilatación del cuello uterino) y la lactancia. También sabemos que se libera durante los orgasmos y sirve de sustento para las relaciones sentimentales. Incluso hay varias investigaciones que la sitúan como el germen de la fidelidad. De ahí que se la conozca como la hormona del amor.
El 80% de los fallecimientos por enfermedades cardiovasculares son evitables: la receta de los especialistas / Freepik
Y por si todo esto fuera poco, ahora se ha descubierto otro beneficio de la oxitocina.
Muy importante, además, porque afectaría a una carencia importante: el hecho de que el corazón humano tiene una capacidad muy limitada para reparar los tejidos que se han dañado o han muerto durante, por ejemplo, un infarto.
Este descubrimiento podría jugar un papel fundamental para estimular la regeneración después de una patología cardíaca.
Peces cebra, protagonistas del estudio
La investigación de la Universidad Estatal de Michigan se ha realizado con peces cebra. Se trata de un pez de escasas dimensiones, originario de Asia, y que es conocido por su increíble capacidad para regenerar sus tejidos, tanto en el cerebro como en los huesos y el corazón.
El pez cebra tiene una asombrosa capacidad de regeneración / Ffish.asia
Tres días después de una lesión cardíaca, los peces cebra empiezan a producir oxitocina hasta 20 veces más que antes de la enfermedad. La hormona llega al corazón, se conecta a los receptores y comienza el proceso de regeneración: de células del epicardio (que recubren el miocardio) a nuevos cardiomiocitos (las que forman el músculo cardíaco y generan las contracciones del corazón).
Abre la puerta a posibles nuevas terapias para la regeneración del corazón en los seres humanos
Con esta pista de los peces cebra y su capacidad para regenerar órganos, los autores procedieron a estudiar el comportamiento de la oxitocina en tejido humano in vitro.
Y la sorpresa de los investigadores es que cumple la misma función.
La oxitocina tiene un efecto más fuerte que otras moléculas que se han estudiado para reparar el tejido cardíaco.
Como explica el doctor Aitor Aguirre, profesor del Departamento de Ingeniería Biomédica:
"Aquí demostramos que la oxitocina es capaz de activar los mecanismos de reparación del corazón en cultivos celulares de pez cebra y humanos, lo que abre la puerta a posibles nuevas terapias para la regeneración del corazón en los seres humanos".
La oxitocina juega un papel fundamental en el parto y la lactancia / Freepik
Administración de oxitocina, ¿para qué se utiliza?
La oxitocina sintética es un fármaco de uso común que se utiliza para aumentar las contracciones durante el parto y para prevenir la hemorragia posparto.
Se administra por vía intravenosa y provoca un aumento del dolor e intensidad de las contracciones. Lo que obliga, cuasi irremediablemente, a utilizar anestesia epidural, que se inyecta alrededor de la médula espinal.
Los fármacos diseñados específicamente con una vida media más larga o una mayor potencia podrían ser útiles en este contexto
Pero también sería un buen tratamiento para los pacientes de enfermedades cardíacas.
- "Su reutilización en personas con daños cardíacos no es nada descabellada. Incluso si la regeneración del corazón es solo parcial, los beneficios para los pacientes podrían ser enormes".
Y aunque los primeros resultados son muy prometedores, "todavía hay que estudiar la oxitocina en humanos (y no en tejido humano) después de una lesión".
“La oxitocina tiene una vida corta en la circulación, lo que podría obstaculizar sus efectos en los seres humanos. De ahí que los fármacos diseñados específicamente con una vida media más larga o una mayor potencia podrían ser útiles en este contexto. Pero en general es necesario realizar ensayos preclínicos en animales y clínicos en humanos, para avanzar".
Primera causa de muerte
Las enfermedades cardiovasculares provocan casi 130.000 muertes al año en nuestro país, lo que se traduce en unos 350 fallecimientos diarios. Es la primera causa de muerte en el mundo, con 18,7 fallecimientos al año.
Aunque la mortalidad relacionada con estas patologías no es cien por cien evitable, sabemos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que un 80% de estos fallecimientos se podrían evitar. Especialmente la mortalidad prematura que provocan las enfermedades cardiovasculares en personas de menos de 70 años.
Las enfermedades cardiovasculares provocan casi 130.000 muertes al año en nuestro país
Según la Fundación Española del Corazón (FEC), casi el 60% de los españoles, en concreto el 57,3%, tiene dos o más factores de riesgo cardiovascular.
Por sexos, un 58,7% de los hombres presenta varios de estos factores, frente al 56,1% de las mujeres:
- Hipertensión que sufre el 22,2% de los españoles.
- Hipercolesterolemia -aumento de los niveles de colesterol en sangre- (22,8%).
- Diabetes 7,1%.
- Sobrepeso (33,8%).
- Obesidad 16,7%.
- Sedentarismo (19,4%).
- Estrés (17,4%).
- Tabaquismo (15,9%).
- Falta de sueño que afecta al 36,2% de la población.
Por ello es fundamental mantener una alimentación variada y equilibrada, rica en frutas y verduras.
Además de la dieta, el otro pilar fundamental de la prevención está en la lucha contra el sedentarismo mediante la práctica de ejercicio físico de intensidad moderada de forma regular.
Y por supuesto, el abandono de los hábitos tóxicos, el control de los niveles de estrés y una buena higiene de sueño son el resto de los pilares que ayudarán a mantener una buena salud cardiovascular.
Es la única forma de evitar estas enfermedades, mientras se estudia si la oxitocina nos puede ayudar en la recuperación de afecciones cardíacas.
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