A escasas horas de que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, anuncie a los españoles una más que probable prolongación del estado de alarma y su correspondiente confinamiento, unas declaraciones de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias, apuntan a una nueva medida controvertida: el uso obligatorio por parte de los ciudadanos de mascarillas una vez salgan a la calle.
De producirse esta novedad una vez se confirme la prolongación de la cuarentena, la polémica está servida después de que España, e incluso organismos como la OMS, no vieran necesario que se utilizasen estos objetos protectores si no se está enfermo o si no se tiene ningún síntoma. El giro vendría motivado por el éxito en el control de la epidemia de los países asiáticos como Corea del Sur, Japón e incluso China, que han visto bajar su curva de contagios de forma mucho más veloz que en Occidente.
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Durante el día de hoy, se ha confirmado una tendencia al descenso evidente, aunque la curva está bajando más lento de lo deseado: 7.200 nuevos contagios y más de 900 fallecidos en 24 horas son cifras todavía elevadas que requieren de medidas más drásticas.