ALERGOLOGÍA
Fiebre del heno o rinitis alérgica: causas, síntomas, factores de riesgo y cómo evitarla
La rinitis alérgica puede estar provocada por alérgenos en interiores o al aire libre, como el polen, los ácaros del polvo o pequeñas manchas de piel y saliva que arrojan los gatos, perros, pájaros...
¿Qué es la rinitis alérgica? / WAYHOMESTUDIO. FREEPIK
La rinitis alérgica, también conocida como "fiebre del heno", se llama así porque se descubrió cuando las alergias estacionales afectaron a los agricultores que trabajaban en los campos de heno, que no es otra cosa que la hierba cortada y seca que se deja almacenada en los prados para más tarde utilizarla como alimento de animales.
Pero esa fiebre del heno o rinitis alérgica no es una dolencia causada por la hierba seca, y presenta unos síntomas muy similares a los del resfriado, como mucosidad, picor de ojos, congestión, estornudos y presión en los senos nasales.
Sin embargo, a pesar de estas similitudes, tampoco tiene nada que ver con un constipado, puesto que aquí los virus no están presentes.
Y si no hay virus ¿cuál es la causa de la rinitis alérgica?
Como explica la doctora Valery Núñez, del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitari General de Catalunya.
- “Se produce por una respuesta alérgica a los alérgenos en interiores o al aire libre, como el polen, los ácaros del polvo o pequeñas manchas de piel y saliva que arrojan los gatos, perros u otros animales con pelo o plumas (caspa de mascotas)”,
En cualquier caso, los pacientes alérgicos que sufren rinitis ven mermada su calidad de vida, porque las molestias que provoca pueden llegar a afectar al rendimiento en el trabajo o en la escuela y, en general, interferir en la vida cotidiana.
Pero como índica la especialista “no se tiene que vivir con estos molestos síntomas ya que se puede aprender a evitar los desencadenantes y encontrar el tratamiento adecuado”.
Niño con rinitis alérgica / VITHAS
Síntomas de la rinitis alérgica
Lo primero para saber que estamos ante una rinitis alérgica y no ante un simple catarro es conocer los signos y los síntomas, que son variados y pueden incluir:
- Goteo y congestión nasal.
- Ojos llorosos, rojos y que causan picazón (conjuntivitis alérgica).
- Estornudos.
- Tos.
- Picor en la nariz, el paladar o la garganta.
- Piel hinchada y de color azul debajo de los ojos (ojos morados alérgicos).
- Fatiga.
Otro aspecto a tener en cuenta para saber que estamos ante una rinitis alérgica es que estos síntomas se producen o empeoran en determinados momentos del año.
La doctora Núñez da algunos ejemplos:
- Cuando aumenta el polen de los árboles, cosa que ocurre al inicio de la primavera.
- A finales de primavera y en verano, cuando se incrementan los niveles de polen
- En otoño, donde es frecuente el polen de la ambrosía.
Además de los pólenes, en nuestro entorno existen otros alérgenos ambientales como los ácaros del polvo, las cucarachas o la caspa de las mascotas.
Estos elementos están presentes todo el año con lo que, como explica la otorrino, los alérgicos pueden desarrollar molestias en cualquier momento, “aunque los síntomas empeoran en invierno, cuando las casas están cerradas”.
También producen alergia los hongos y el moho de interior y de exterior. Ambos pueden ser estacionales o perennes.
El goteo y congestión nasal es uno de los principales síntomas de la rinitis alérgica.
Factores de riesgo
Está claro que cualquiera puede debutar con una alergia en cualquier momento de su vida. Lo que también es cierto es que hay algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar rinitis alérgica:
- Tener otras alergias o asma.
- Tener dermatitis atópica.
- Tener un familiar muy cercano (padres o hermanos) con alergias o asma.
- Vivir o trabajar en un entorno que te exponga constantemente a alérgenos, como la caspa de los animales o los ácaros del polvo.
- Tener una madre que fumó durante tu primer año de vida.
¿Cómo se diagnostica la rinitis alérgica?
Con las sospechas de una rinitis alérgica va a ser un médico, un alergólogo, el que, además, de realizar un examen físico y hacer una historia clínica, realizará una o varias pruebas para determinar la patología.
Entre estas pruebas, la doctora Núñez enumera tres:
- Prick Test. Se trata de unos muy ligeros pinchazos en la piel del brazo o de la parte superior de la espalda, “con materiales que desencadenen alergias. Si tienes alergia, tendrás en la piel un bulto elevado (roncha) en el lugar donde estaba ese alérgeno”, detalla la especialista.
- Análisis de sangre radioalergosorbente (RAST). Se realiza una extracción y se envía la muestra de sangre para medir la respuesta de tu sistema inmunitario a un alérgeno específico. Esta prueba, llamada también radioalergosorbente (RAST), “mide la cantidad de anticuerpos que generan la alergia en el torrente sanguíneo, conocidos como anticuerpos de inmunoglobulina E (IgE)”.
- Test de Provocación Nasal Especifico (TPNE). “Cuando existen dudas sobre alergias ambientales se puede realizar el TPNE, que consiste en “insuflar” el agente sospechoso específico (en preparado liofilizado) en las fosas nasales de forma controlada y progresiva para valorar respuesta por medios clínicos e instrumentales. Esta es una evaluación que se viene implementando en nuestro departamento de otorrinolaringología”.
El prick test es una de las principales pruebas para detectar alergias.
Complicaciones de la rinitis alérgica
Aunque no sea considerada como una enfermedad grave, la falta de tratamientos y control de la misma puede provocar algunas complicaciones como:
- Empeoramiento de la calidad de vida. “La rinitis alérgica puede interferir en tu disfrute de actividades y hacer que te sientas menos productivo. Para muchas personas, los síntomas de la rinitis alérgica son la causa de bajas en el trabajo o absentismo escolar”, asegura la especialista en otorrinolaringología.
- Problemas de sueño. Las molestias que conlleva la rinitis alérgica pueden interferir en el descanso nocturno.
- Empeoramiento del asma. “La rinitis alérgica puede empeorar los signos y síntomas del asma, como la tos y el silbido al respirar”, añade la doctora.
- Sinusitis. “La congestión prolongada de los senos paranasales debido a la rinitis alérgica puede aumentar la susceptibilidad a la sinusitis, una infección o inflamación de la membrana que recubre los senos nasales”.
- Infección de oído. En el caso de los niños, la rinitis alérgica puede generar infecciones en el oído medio.
Los mejores tratamientos para la fiebre del heno
A la hora de tratar la rinitis alérgica o, por lo menos, reducir los síntomas que provoca, la mejor recomendación es limitar cuanto sea posible la exposición a las sustancias que la están causando.
Si la fiebre del heno no es muy grave, los medicamentos de venta libre quizás sean suficientes para aliviar los síntomas. “En caso de síntomas más graves, es probable que necesites tomar medicamentos con receta médica”, añade la doctora.
Entre los medicamentos aptos para tratar la fiebre del heno se incluyen los siguientes:
- Corticoides nasales.
- Antihistamínicos.
- Descongestionantes.
- Cromolina sódica.
- Modificador de leucotrienos.
- Ipratropio nasal.
- Corticosteroides orales.
- Inyecciones para la alergia (inmunoterapia).
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