URGENCIAS

¿Por qué España está experimentando un exceso de mortalidad que ya triplica la media europea?

Tras un período aciago, las muertes por COVID-19 empezaron a reducirse gracias a la vacunación masiva. Pero a finales de 2021 España volvió a registrar un desconcertante exceso de mortalidad que no fue debida al coronavirus.

Eduardo Costas | Catedrático de la UCM y Académico de Farmacia

Un reciente trabajo de la prestigiosa multinacional IPSOS dedicada a la investigación de mercados y tendencias revela que el 42% de los españoles percibe el calentamiento global como una grave amenaza.

Contra todo pronóstico es ya la segunda causa de preocupación en nuestro país tras la incertidumbre económica asociada a la elevada inflación.

Además, alrededor de la mitad de la población española cree que estamos al principio de la sexta extinción en masa del planeta.

Cuando la COVID parecía remitir... en España la mortalidad ha seguido creciendo

Pensamos en problemas de futuro, pero ya están aquí

Una parte significativa de esta gente piensa que tanto el cambio climático como la pérdida masiva de la biodiversidad podría llegar a tener importantes consecuencias sobre nuestra salud y bienestar en el futuro.

Y consideran que estos problemas que pueden llegar:

  • En forma de efectos directos de eventos climáticos extremos (olas de calor, frío, inundaciones, vendavales…)
  • En incremento de enfermedades infecciosas y parasitarias
  • En la ocurrencia de pandemias y epidemias.

Pero la realidad es que no hay que esperar al futuro.

El calentamiento global y la pérdida de biodiversidad ya están teniendo un efecto catastrófico sobre nuestra salud hoy en día, y a unos niveles que superan con mucho a las previsiones más pesimistas.

Fenómenos de tiempo extremo como causa de muerte

Indudablemente la peor consecuencia posible de cualquiera de estos eventos es que nos cueste la vida.

Y tenemos una buena manera de medir esa consecuencia:

  • Mediante el cálculo del exceso de mortalidad que mide el aumento temporal de la tasa de mortalidad (esto es, el incremento en la proporción de personas que fallecen respecto al total de la población durante un determinado período de tiempo).

Los sistemas de Monitorización de la Mortalidad diaria a nivel de la Unión Europea y a nivel nacional estiman estos excesos de mortalidad.

También lo hacen otros organismos como, por ejemplo, el INE que en nuestro país obtiene datos sobre las causas de muerte a partir de los certificados médicos de defunción.

Entre las principales causas del exceso de mortalidad figuran:

  • Fenómenos de tiempo extremo, como las olas de calor o de frío
  • Pandemias y epidemias
  • Hambrunas,
  • Guerras,
  • Contaminación
  • y el deterioro de los sistemas de salud.

Imagen del Hospital Santo André, en Brasil, colapsado por el coronavirus en marzo de 2021 / Gustavo Basso

Alarmante crecimiento de exceso de mortalidad en Europa

Hasta hace poco Europa era un lugar con tasas de mortalidad decrecientes. Desafortunadamente hoy en día las cifras de exceso de mortalidad en Europa, y particularmente en España, difícilmente podrían ser peores.

Con un exceso de mortalidad de alrededor de un 6%, al conjunto de Europa no le va nada bien.

Incluso los países más ricos y desarrollados de la Unión Europea muestran un preocupante exceso de mortalidad.

Por ejemplo:

  • Los Países Bajos experimentaron un exceso de mortalidad del 13,6%,
  • Noruega del 12%
  • Alemania del 10,7%
  • Dinamarca del 10,6%.

Solo unas pocas excepciones se salvan, como Eslovaquia, que redujo su mortalidad en casi un 2%.

España y Portugal, lo peor

Desgraciadamente, es en España y Portugal donde el exceso de mortalidad resulta verdaderamente alarmante.

En estos momentos nuestro país está experimentando un exceso de mortalidad del 17%, prácticamente triplicando la media europea.

Somos, el segundo país de Europa con mayor exceso de mortalidad, justo tras Portugal, que bate todos los récords con un brutal 24%.

En todo caso nuestro país viene de un período donde el exceso de mortalidad es la norma.

Las cosas se pusieron muy mal cuando la COVID-19 nos golpeó sin que al principio acertásemos a defendernos.

  • Así durante la larga fase inicial de la pandemia España registró las mayores tasas de exceso de mortalidad de Europa (y una de las más altas del mundo) con un 80,8 %
  • Seguida por Bélgica (con un 73,1 %)
  • Y ya de lejos los Países Bajos (con un 53,8 %).

Las imágenes de la pandemia jamás podremos olvidarlas

¿Por qué vuelve a subir la mortalidad a finales del 21?

Tras un período aciago, finalmente las muertes por COVID-19 empezaron a reducirse significativamente gracias a la vacunación masiva.

Pero a finales de 2021 España volvió a registrar un desconcertante exceso de mortalidad que no fue debida al coronavirus.

Así, en noviembre de 2021 este elevadísimo número de muertes no esperadas llegó incluso a cuadruplicar al de los fallecimientos por COVID-19.

El análisis detallado de los datos demuestra que el grave deterioro del sistema de salud pública español, denunciado hasta la saciedad por diversos colectivos sanitarios, es una de las principales causas que permite comprender nuestra catastrófica situación.

La mayor parte del exceso de mortalidad que está ocurriendo hoy en día ya no se debe a la COVID-19.

De hecho, las causa principales de este exceso de muertes son:

  • Las enfermedades circulatorias,
  • Seguidas de cerca por las muertes derivadas de daños producidos por la diabetes
  • Y, a mayor distancia, por las muertes producidas por enfermedades del sistema urinario.

Los fenómenos climáticos ya son una de las causas más importantes de muerte

¿Son muertes evitables?

Muchos expertos creen que una parte significativa de estas muertes resultaría evitable con un buen sistema de salud pública, como de hecho se evitaban antes de las erráticas políticas sanitarias seguidas tras la crisis económica.

También piensan que los recortes en la atención primaria resultaron especialmente catastróficos.

Pero no todo se debe al deterioro de la sanidad.

Según los datos del sistema Monitorización de Mortalidad Diaria del Instituto de Salud Carlos III, el pasado Julio murieron en España 10.278 personas más de las que se esperaban.

Una parte significativa de ellas murió como consecuencia del calor (Julio fue un mes particularmente cálido con los termómetros superando a menudo ocasiones los 40 grados en muchas zonas de España).

  • Las estimas indican que alrededor de 4.137 fallecimientos se debieron al calor en lo que va de año (lo que representa una cifra que, por ejemplo, cuadruplica a la de los accidentes de tráfico).

Solo durante la ola de calor ocurrida entre el 10 y el16 de julio se registraron 510 muertes. Por supuesto hay discrepancias sobre estas cifras y algunos responsables de la gestión sanitaria sugieren que estos 510 muertos pudieran ser algunos menos.

Es hora de buscar soluciones

Indudablemente es hora de centrarnos en las soluciones, sobre todo porque es un hecho que el deterioro del sistema sanitario de nuestro país conduce a un exceso de mortalidad, y el cambio climático también.

Lo más preocupante es que se perfila un panorama particularmente sombrío:

Por una parte el calentamiento global empeora bastante más rápido de lo que auguraban muchas previsiones.

Esto se debe en buena parte a que políticos y gestores financiaron sobre todo estudios sobre el efecto de un calentamiento total de 1,5ºC, dificultando que se estudiasen otros escenarios peores aunque más realistas.

Uno de los mejores y más completos estudios sobre el calentamiento global, publicado recientemente en PNAS (una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo), indica que el cambio climático será mucho peor de lo que pensamos.

El título del trabajo “Climate Endgame: Exploring Catastrophic Climate Change Scenarios” no deja lugar a dudas.

Por otra parte, los expertos advierten de que las pandemias como la del coronavirus serán mucho más frecuentes.

En este sentido tras la COVID-19 ya se extendió por el mundo la viruela del mono.

La perdida de biodiversidad está haciendo que para un patógeno sea un buen negocio dar el salto de una especie en declive a infectar al ingente nicho de 7.750 millones de seres humanos (aunque no lo hace empleando la inteligencia sino mediante mutaciones).

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Pero ante estas catastróficas circunstancias, el no reforzar en todo lo que se pueda nuestro sistema sanitario solo puede conducirnos de cabeza hacia el desastre.

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