Boris Johnson y su ejecutivo han tomado una difícil decisión: confinar Londres y el sureste de Reino Unido debido a la aparición de una nueva cepa de coronavirus que se transmite de forma más rápida, hasta el punto de que más de 60% de los casos registrados en las últimas semanas pertenecen a esta variante. La cuarentena será muy parecida a la que el país sufrió a partir de marzo dada la gravedad de la situación.
"No podemos seguir con las Navidades tal y como lo teníamos planeado", ha confesado Boris Johnson en una rueda de prensa convocada con urgencia. Es así como Londres y las regiones del sureste entrarán en el nivel 4 de alerta, manteniendo así algunas de las siguientes restricciones:
- Los ciudadanos deben quedarse en sus domicilios salvo contadas excepciones.
- Cierre de todas las instalaciones de ocio y servicios no esenciales. Se incluyen aquí peluquerías, gimnasios y otro tipo de locales.
- Se impone el trabajo desde casa salvo alguna circunstancia inapelable.
- Solo se permite la reunión de dos personas al aire libre.
- No se puede viajar a otras zonas salvo por motivos justificados.
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Las medidas serán revisadas el próximo 30 de diciembre, y si la situación ha mejorado, la Navidad podría remontarse con Nochevieja y Año Nuevo.