En pleno verano, ¿cuántos de vosotros os habéis refrescado ya en una piscina? ¿Y cuántos habéis reparado en el daño que puede hacer el cloro a vuestra boca? Seguro que esta segunda cuestión tiene muchas menos respuestas que la primera, y el doctor Jorge Ferrús, periodoncista, implantólogo y cofundador de la Clínica Dental Ferrus & Bratos de Madrid, nos explica cómo este componente termina afectando a nuestra cavidad oral.
- El cloro se utiliza para tratar las aguas y evitar la presencia de microorganismos y bacterias dañinas.
- El problema más evidente es que se aumenta la sensibilidad dental: "aparece aparece debido a un debilitamiento o desgaste en el esmalte, que es la capa externa del diente y la más resistente. Cuando esta se vuelve más fina, las piezas se vuelven más sensibles ante los agentes externos”.
- También produce que se disminuya la cantidad de saliva que hay presente en la boca, cuya función es equilibrar el pH de la cavidad oral pudiendo aumentar el número de caries.
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¿Cuál es la solución que recomienda Jorge Ferrús? Beber abundante agua tanto antes como después del baño como hacen los nadadores profesionales; también "hay una serie de alimentos que no debemos olvidar consumir en verano con el fin de disfrutar de una sonrisa estética y muy sana: productos lácteos, verduras, pescados y carnes que aportan los nutrientes y vitaminas necesarios para el cuerpo”.