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Nadal brilla en otra lucha titánica ante Djokovic que 'solo' vale unas semis

En un duelo nocturno que empezó en mayo y terminó en junio, Rafa volvió a demostrar quién reina en Roland Garros (2-6, 6-4, 2-6, 6-7(4))

La 59ª batalla entre ambos pasa a ser una de las mejores de la historia. Nadal se enfrentará en semifinales el viernes a Zverev

Nadal / | sport
Roger Payró

Dieciséis años después ahí volvían a estar. Nadal y Djokovic, protagonistas de la mayor rivalidad en la historia del tenis. Roland Garros, que les citó por vez primera en 2006, les reunió de nuevo en 2022. A este nivel no es descartable que se sigan viendo las caras en 2038. Español y serbio brindaron la enésima batalla (4:16h) para archivar en la videoteca. La última, la 59ª, se la llevó Nadal por 2-6, 6-4, 2-6, 6-7(4). Un partido que empezó en mayo y terminó en junio. Cosas del horario nocturno. Juzguen ustedes mismos. Rafa se toma así la 'vendetta' por la derrota del año pasado y son 110 victorias y solo tres derrotas en la arcilla parisina. Para pestañear mil veces y no dar crédito. Le espera el viernes en semifinales Zverev, verdugo de Alcaraz.

De nada sirvieron las palabras de Rafa en la previa para evitar jugar en ese horario. Ni aunque pudiera ser su último partido en el ‘major’ francés. Las condiciones ‘after hours’ beneficiaban teóricamente a Djokovic a pesar de que la primera hora de encuentro de Nadal fue impecable. Puede que incluso la mejor de su carrera. Y no será porque no haya rayado mil veces la excelencia, pero lo visto este martes fue un recital. Brilló y alumbró la noche en la capital de Francia.

Diez minutos de lucha invirtió en el primer juego, suficientes –¡qué menos!- para quebrar el servicio de Novak. Ese inicio fue sintomático de lo que se iba a presenciar en la Philippe Chatrier. Tres opciones de break había necesitado el balear, menos que la única que tuvo en el quinto para colocar después el 1-5. Como si hubiera sido fácil, Nadal cerró la manga por 2-6. No se dejen engañar porque duró más de 50 minutos. Clave fue el 15-40 que el pupilo de Carlos Moyá, Francis Roig y Marc López salvó con 1-2 en el luminoso.

Un tercio del trabajo estaba hecho y Rafa calcó el plan en los albores del segundo parcial. Apenas sumó errores forzados, la derecha le corría como si fuera pista dura y la desesperación del de Belgrado era como la de otras ocasiones en la central del recinto. Siete opciones de break necesitó Nadal, y de nuevo inició la manga por delante. Lo confirmó a renglón seguido con un juego en blanco –escasearon- y volvió a quebrar de nuevo aprovechando su única ocasión para que en el luminoso brillara un 0-3. No encontraba la manera de sacar la cabeza Djokovic, pero cuando lo hizo salió con todo.

Resurge Novak

Se cambiaron las tornas en ese momento. Pese a que el revés es su golpe por excelencia, empezó a mandar con la derecha el de serbio. No había perdido ningún set en lo que iba de torneo y no estaba dispuesto a ceder dos de golpe. Quebró primero y repitió de nuevo en un juego maratoniano que se fue hasta pasados los 20 minutos. Tuvo cuatro opciones de 2-4 Rafa. Tuvo cinco de 3-3 Novak. Y el número uno se llevó el gato al agua. Pasaba por su momento más peliagudo Nadal, que pudo frenar la sangría momentáneamente. La sensaciones habían cambiado y se plasmó en el décimo juego. No a la primera, sí a la segunda, ‘Nole’ consumó la bola de set y niveló el duelo.

Lo de Rafa, inexplicable

Cualquier mortal habría seguido con la cabeza gacha, pero Rafael Nadal Parera deberá donar su cuerpo a la ciencia. Especialmente el cerebro. Mentalidad fuerte cual cemento armado, olvidó lo acaecido y rompió en blanco el saque de Djokovic. Salvó una opción de rotura en el cuarto y quebró nuevamente en el quinto. Ayudó ‘Nole’ con una doble falta que le puso la soga en el cuello y una bola al pasillo le hizo 'autoejecutarse'. Esta vez sí mantuvo la renta el manacorí y se aseguró, al menos, un quinto set que a la postre no hizo falta.

Y es que a Nadal le valió con otra heroicidad en el cuarto para sumar otra victoria en París. El cuarto parcial fue algo más ‘terrenal’. Tras tres horas de encuentro era imposible mantener esa finura y precisión en los golpeos, si bien el nivel continuaba siendo excelente. Una perogrullada siendo Nadal y Djokovic. El de Belgrado se adjudicó la primera bola de break que hubo pero con 5-2 arriba, Nadal se agigantó como solo él sabe en la Chatrier.

 

Con 5-3 'Nole' malogró dos bolas de set y vio cómo Rafa se lo volteó hasta llegar al tie break. Ahí, lejos de lo esperado, el balear consiguió cinco opciones de partido con un 1-6. Costó pero lo cerró en la cuarta. Sabe a poco que el único premio sea, por ahora, un billete a semifinales. En el horizonte, el 22º Grand Slam. Por lo pronto, Djokovic no podrá igualar aún los 21 de Nadal, entregará su corona de Roland Garros y si Zverev gana el torneo le cedería al alemán el número uno.