Garbiñe Muguruza ha alcanzado los octavos de final de Roland Garros demostrando que llega al torneo en un gran momento. La hispano-venezolana se ha impuesto a la belga Yanina Wickmayer por un rotundo 6-3 y 6-0 en apenas 61 minutos de juego.
Muguruza ha llevado la voz cantante desde el primer punto. Lo ha hecho todo ella. Lo bueno y lo malo. Porque, tras situarse en ventaja (3-2) ha perdido su saque por sus propios errores más que por méritos de Wickmayer, que llegó al Grand Slam francés con un bagaje de 0-4 en tierra batida.
A partir de ahí, festival de Garbiñe, que ya no ha perdido un solo juego más. Nueve 'games' consecutivos le han dado el triunfo y estar, por tercer año en cinco participaciones, como mínimo, entre las 16 mejores del torneo. Aunque el objetivo es máximo. Y Muguruza no lo esconde: "quería ganar, estoy muy motivada aquí en Roland Garros y espero poder seguir igual".
Su mejor resultado hasta el momento son los cuartos de final alcanzados en 2014 y 2015. La rusa Maria Sharapova, alejada de las pistas tras confesar que había dado positivo que se proclamó campeona, y la checa Lucie Safarova, finalista el año pasado.
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La próxima rival de Muguruza saldrá del enfrentamiento entre dos tenistas rusas: Svetlana Kuznetsova, campeona en 2009, y Anastasia Pavlyuchenkova, que busca sus primeros octavos de final desde el US Open 2011.