El Feyenoord aguó la fiesta grande en Rotterdam tras caer 3-0 ante el Excelsior. El equipo holandés podría haberse proclamado campeón de haber ganado y, en consecuencia, el club preparó una gran fiesta en el estadio con pantallas gigantes incluidas para seguir el encuentro.
Lleno hasta la bandera De Kuip, con un ambiente especacular solo era cuestión de tiempo que el Feyenoord batiera a un Excelsior que no se juega absolutamente nada para conseguir un título de liga 18 años después.
No fue así y los aficionados del equipo holandés se quedaron con un palmo de narices, cosa que tampoco digerieron muy bien. Tras el partido, algunos aficionados del equipo se echaron a la calle y provocaron severos disturbios.
La policia y los ultras se enzarzaron en una batalla campal que colapsó el centro de Rotterdam y que contó con el lanzamiento de todo tipo de objetos a los agentes: Botellas, piedas, bengalas, vallas, adoquines...
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Pese al disgusto, el Feyenoord puede coronarse de igual manera campeón de la Eredivise si gana la semana que viene al Heracles en casa ante su afición o si el Ajax no gana su partido.