Zidane, juzgado y declarado culpable

Zinedine Zidane fue el gran señalado por la derrota del Real Madrid ante el Cádiz. No supo manejar unas circunstancias difíciles tras el parón de selecciones, que le dejó un panorama de jugadores cansados que no supo manejar. Juntó demasiados suplentes y alineó a los que peor lo llevan haciendo en los dos últimos años. No mezcló bien a los titulares con esos relevos y tampoco estudió suficientemente al rival.

Zidane asumía en la previa del choque que está siempre expuesto: "Cada partido voy a ser juzgado, es el cargo que tengo aquí". Y tras el encuentro, se juzgaba a sí mismo por el primer tiempo que hizo el equipo que él mismo eligió: "Si el Cádiz nos mete dos o tres goles más, no podemos decir nada". Un reconocimiento en el que va implícita su trabajo y que fue errático teniendo en cuenta que tenía el antecedente de la temporada pasada, cuando tras el segundo parón de selecciones, como ahora, perdían 1-0 en Mallorca. 

SIN FONDO DE ARMARIO

El francés juntó a cuatro suplentes que llevan dos años desenganchados: Nacho, Lucas Vázquez, Isco y Marcelo. Eso aseguró el desplome general del equipo ante el cansancio físico y mental de los internacionales Kroos, Varane, Modric y Ramos, que fueron una sombra. Tácticamente desarropó a la defensa dejando a Casemiro y Valverde en el banquillo y poniendo a Marcelo.

Un once errático, desequilibrado, con una mezcla de jugadores fuera de forma y otros exhaustos que dieron alas al Cádiz, que daba un baño a los madridistas en la primera parte. Se fueron al descanso santiguándose por ir solo 0-1 y ahí Zidane rectificó con cuatro cambios de una tacada para equilibrar el tablero de juego y recuperar las pulsaciones salvo el gol, esa enfermedad a la que no encuentra antídoto.