Xabi Alonso es igual fuera que dentro del campo. Va de frente a por el balón y va de frente en sus declaraciones. A veces no es ‘políticamente correcto’, no se casa con los núcleos de poder en su equipo ni en la selección porque él dirige su destino y asume sus errores. Además, no se retracta de lo que dice ni de lo que hace en el campo, algo que pocos pueden hacer o decir. Tras el varapalo vivido con España en Brasil, él ha sido uno de los jugadores que han salido peor parado en lo deportivo y en su cuota de simpatías dentro del grupo. Ambas vertientes provocan dudas en el Real Madrid, aunque se acentúan en su rendimiento. El club afronta la segunda temporada en la que le busca sustituto y tras su pobre final de campaña, tanto en el Real Madrid como en la selección, tiene claro que aceptaría ofertas para traspasarlo.
Tras los pasos de Casillas
Al igual que Iker Casillas ha despejado su futuro aceptando jugar su última temporada en el Madrid para quedar en libertad la próxima, el tolosarra podría seguir el mismo camino pese a que firmó hace unos meses su renovación por dos temporadas después de alargar su decisión. Ambos, Casillas y Alonso, no son míster simpatías en del vestuario, pese a que el primero sea el capitán. Ambos se definieron en la etapa de Mourinho: el portero obligado por las circunstancias y el centrocampista por su forma de pensar, por ser un soldado siempre a las órdenes de su entrenador como ha demostrado con Ancelotti, que tiene en él su extensión sobre el campo.
El italiano cuenta con él pero en la planta noble del Bernabéu han aparecido las dudas sobre su rendimiento, máxime cuando andan enfrascados en buscarle un relevo a toda costa. Aunque Illarramendi no ha respondido en la medida que se esperaba en su primera temporada, hay esperanzas que a medio plazo asuma ese rol que desempeña Alonso, pero las negociaciones abiertas en el club para fichar a un medio centro de garantías podrían arrinconar al tolosarra en caso de dar sus frutos. El alemán Toni Kroos sería su mejor ‘alter-ego’, pero la pelota está en el tejado del Bayern que se niega a que salga si es al Real Madrid. Verratti sería otro Illarramendi, otra apuesta de futuro que de llegar no quitaría los galones a Alonso, mientras que Ramires, Pogba o Vidal sí podrían hacerle sombra pese a no llegar a tener su mismo perfil a la hora de dirigir al equipo.
Ancelotti quiere seguir contando con su lugarteniente sobre el campo, pero como hombre de club aceptaría su salida en caso de que llegara una buena oferta. El italiano conoce la división interna que ha provocado el tolosarra entre algunos dirigentes del club y no será él quien se oponga en caso de que reciban una propuesta económica interesante que ayude a reforzar el centro del campo con jugadores de su mismo corte y cuya imagen en el vestuario no esté tocada.
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Y es que su relación con algunos compañeros no es la mejor para una convivencia solidaria de vestuario, aunque todos le respeten al reconocer su gran profesionalidad y el papel que desempeña sobre el terreno de juego cuando está a su mejor nivel. Esas fueron sus dudas para renovar y pese a que se vio bien y decidió ampliar dos años su contrato, su final de temporada ha provocado las dudas tanto en él como en los dirigentes del Real Madrid.