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El Real Madrid cayó ante el Shakhtar Donetsk en su debut en la Champions League. Los ucranianos sorprendieron a los blancos en el primer tiempo, cuando se impusieron 0-3 ante un conjunto de Zinedine Zidane indolete, alejado de lo que debería ser un equipo de elite al que, además, y al contrario de lo que pasa en LaLiga, le faltó la ayuda del VAR.
Los madridistas miraron a la pantalla aquella que está situada en una banda del terreno de juego de forma cómplice, como siempre que ocurre cuando, en el torneo doméstico, existen dudas existenciales que pueden acabar favoreciendo al club presidido por Florentino Pérez.
Pero, en esta ocasión, el Shakhtar obtuvo recompensa al partidazo que jugó en Madrid, donde se vieron sorprendidos por la justicia que imparte el VAR cuando se utiliza de la forma correcta, es decir, sin llamadas nocturnas que pervierten todo el sistema. Europa no es Madrid. Y el Madrid cayó. De forma justa y sin que el disparo de Fede Valverde pudiera darse por válido.
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Vinicius pasó por ahí queriendo no molestar, pero lo hizo. En una posición no dudosa, sino absolutamente antirreglamentaria, y el meta ucraniano Trubin no vio cómo el balón se colaba en su portería. Anulado. Bien anulado. Vamos, lo normal. Y derrota del Real Madrid, al que la Champions, con VAR, se le va a hacer cuesta arriba.