El Real Madrid cubrió el expediente a duras penas ante un Huesca que echó el resto, dominó durante buena parte del encuentro, pero se topó con un Thibaut Courtois que poco a poco se va acercando a su mejor versión.
Tres soberbias intervenciones del guardameta belga marcaron la única diferencia entre el colista y el conjunto que dirige Santiago Solari. Eso y el tanto de Gareth Bale en la primera cabalgada de Álvaro Odriozola.
El Real Madrid rentabilizó el madrugador gol del delantero galés con un juego burdo, parsimonioso e inconexo, sumando tres puntos que le permite ampliar su racha de victorias a cuatro pero que no disipa ninguna de las dudas que dejó la humillante derrota en Ipurua, ante el Eibar (3-0) hace tan solo dos semanas.
Santiago Solari apostó por Marcos Llorente y Lucas Vázquez, en detrimento de Isco y Marco Llorente, que volvieron a partir desde el banquillo. Los dos cumplieron con creces, especialmente el mediocentro, que incluso inició la jugada del gol con una buena apertura a banda a Odriozola, pero se vieron perjudicados por el partido anodino de todo el equipo.
Tampoco Isco y Marco Asensio resolvieron nada cuando les llegó la oportunidad. El Real Madrid estaba en modo 'off' y ninguno de los dos atinó a pulsar el botón de encendido.
sufriendo hasta el final
El tanto de Bale a los ocho minutos hacía presagiar una fácil goleada visitante. Nada más lejos de la realidad. El Huesca no perdió la fe y se fue creciendo ante la pasividad madridista.
Un zapatazo de Chimy Ávila fue el toque de corneta que necesitaban los locales para creer en la remontada. Courtois rechazó con una buena intervención en un preludio de lo que le esperaba el resto del encuentro.
El empuje azulgrana se acentuó tras el paso por vestuarios. Nada más empezar la segunda parte, Melero falló una ocasión inmejorable tras un centro milimétrico de Ferreiro, con un cabezazo a contrapie de Courtois que salió lamiendo el poste.
El meta belga tuvo que volver a aparecer diez minutos después para repeler un trallazo de Ferreiro.
Encerrado atrás Real Madrid apenas daba señales de vida en ataque. Los papeles se habían cambiado y era el conjunto madridista el que parecía el colista.
Al conjunto de Solari aún le quedaba vivir lo peor. El Huesca quemó sus naves en los últimos minutos embotellando al Real Madrid en su propia área.
Longo tuvo el empate con un remate a la media vuelta dentro del área que se perdió por muy poco. Moi Gómez ejecutó una falta lateral que se fue envenenado hasta obligar a Courtois a una palomita 'in extremis'. Y en la última acción del partido, Carvajal sacó bajo palos un disparo desde la frontal de Rivera.
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El colista mereció mucho más ante un Real Madrid que navegó en El Alcoraz y que deja infinidad de dudas de cara al futuro.