La última bala de Tchouameni

Aurelien Tchouameni cumple su tercera temporada en el Real Madrid en la que ha ido de más a menos. Llegó para suceder a Casemiro, pero no acaba de encajar en un puesto en el que tiene la competencia de Camavinga y Valverde, que responden mejor a las necesidades del equipo. La confianza que Ancelotti tiene depositadas en sus condiciones le facilita la posibilidad de seguir siendo fijo en sus alineaciones, pese a las críticas que recibe por su bajo rendimiento.

El Real Madrid pagó 80 millones de euros al Mónaco por su fichaje en 2022, más 20 en objetivos. Es una de las apuestas más caras de Florentino Pérez en los últimos años, solo por detrás de Bellingham de los actuales componentes de la plantilla blanca. Una inversión que no acaba de rentabilizar con actuaciones irregulares en las que demuestra su calidad y aportación al equipo con otras en las que no aportan casi nada.

Pitado en el Bernabéu

En el partido de la Liga de Campeones contra el Milan agotó la paciencia del Santiago Bernabéu. Su defectuoso pase a Vinicius lo aprovecharon los jugadores del equipo italiano para marcar el 1-2 y encarrilar la victoria (1-3). La grada del coliseo blanco no se lo perdonó y le pitó cada vez que tocó el balón. Ancelotti lo dejó en el vestuario tras el descanso pero no fue un castigo, fue por un esguince de tobillo que le impidió seguir.

Se cuestiona su rendimiento como mediocentro teniendo a Camavinga y Valverde como recursos más útiles. Jugadores más dinámicos y que defensivamente no tienen nada que envidiarle en un esquema en el que encajan mejor que su compañero. Sin embargo, Tchouameni ha convencido cuando le ha tocado jugar de central. Se posiciona bien, es muy seguro por alto, sale bien al cruce y tiene salida de balón suficiente como para generar confianza. Un puesto en el que ha respondido mejor que de mediocentro

Oportunidad

Las lesiones vuelven a dejar el eje de la defensa bajo mínimos. Ancelotti no confía en Vallejo, al que no dio ni un minuto ante Osasuna pese a la lesión de Militao y de Lucas Vázquez. Prefirió sacar al canterano Asencio y reubicar a Valverde en el lateral derecho con el defensa aragonés en el banquillo. Una decisión que le condena al ostracismo y que vuelve a demostrar que lo mejor que puede hacer es irse en enero.

Sin embargo, Tchouameni tiene la oportunidad de reconvertirse a central en estos momentos de necesidad para el equipo. Cuestionado de mediocentro tendría una bala extra para encajar en un proyecto en el que está defraudando. Esa polivalencia para ocupar las dos posiciones le podrían consolidar en el equipo. Solo queda que se recupere del esguince de tobillo para que Ancelotti lo coloque de central junto a Rudiger y poder demostrar que no se han equivocado con él.