Nadie en el Real Madrid duda de que el conjunto blanco se juega este martes la temporada. El partido ante el Wolfsburgo es un todo o nada. Si los de Zidane no remontan, quedarán a las puertas de un nuevo año en blanco, mientras que si pasan a semifinales, el sueño de la Undécima seguirá vivo.
Así, en Concha Espina están dispuestos a hacer lo que haga falta para superar la eliminatoria. Por ejemplo, ampliar las dimensiones del terreno de juego, considerando que un campo más ancho favorece el juego del Real Madrid y perjudica al Wolfsburgo.
Este martes, los trabajadores del Santiago Bernabéu estuvieron modificando las dimensiones del terreno de juego, repintando las líneas y limpiando las antiguas.
Hay que recordar que la FIFA marca unas dimensiones mínimas y máximas para los partidos, pero los equipos manejan un margen que es precisamente con el que juega el conjunto blanco. La normativa de la FIFA dice que los terrenos de juego, en partidos internacionales, deben tener una longitud entre los 100 y los 110 metros y una anchura que oscile entre los 64 y 75 metros.
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Esta misma temporada, el Malmö sueco ya hizo algo parecido ante la visita, precisamente, del Real Madrid.