Set-Ball contra el Real Madrid

Alejandro Alcázar

La victoria en el clásico refuerza al Real Madrid en su vuelta a la Champions donde sigue en crisis tras ganar uno de sus últimos cinco partidos. A los blancos no les da con lo que tienen para competir en Europa, donde dan tumbos con las mismas raíces que le llevaron a conquistar cuatro títulos en cinco años. Cristiano firmaba aquellos triunfos con sus goles, pero han perdido esa esencia amenazante para convertirse en un equipo vulnerable.

La derrota ante el Shakhtar supone una dosis más de presión y confirma la endeblez mostrada en las dos últimas temporadas, en las que no pasó de octavos.  La esperanza se llama Hazard, pero el belga no ejerce de líder, rango que exhibe Ramos con rudeza y calidad, bien escoltado del medio campo hacia atrás pero sin la pegada obligada para competir en Europa. El Borussia es un rival consistente, sólido, perpendicular y físico, el perfil de equipo alemán ante el que los blanco tienen un ‘setball’ tras caer en la primera jornada. 

SIN RESPETO El cuadro alemán ha recuperado el sello de sus mejores tiempos, algo que enorgullece a su técnico Marcos Rose, pero que no le dará la victoria: “La tradición es un factor importante en un equipo histórico como el nuestro, pero no nos ayudará para nada contra el Real Madrid. Tienen un equipazo”. El Monchengladbach ha recuperado protagonismo en la Bundesliga y ha vuelto a la Champions con buenas sensaciones al empatar ante el Inter en Milán (2-2), de donde salió con un sabor agridulce por jugarle “con demasiado respeto”.

El que quieren perderle al Madrid con los mismos jugadores que asustaron al equipo italiano hace una semana. El Madrid tiene prohibido fallar o se colocará la soga al cuello en el próximo partido contra el Inter. Su cupo está al límite, otro tropiezo le dejaría de puntillas con el cuello erguido y la cuerda tensa para que el equipo de Antonio Conte le dé la patada de gracia hacia la Europa League como mal menor.   

AL DESPISTE CON HAZARD Zidane se toma el partido como lo que es, clave para levantar el vuelo como lo fue el del Camp Nou. Ha convocado a Hazard cuando nadie lo esperaba, porque el belga sólo se ha entrenado una vez con sus compañeros. Al francés le molesta que la gente se haya sorprendido de que se lo lleve a Alemania con tan poco recorrido, y desafía a todos amenazando con sacarlo esta noche: "Si está es porque está bien. Es una buena noticia para nosotros.

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Todos contentos de verlo aquí. Veremos si lo vamos a utilizar”. Una contradicción en un entrenador tan precavido, que siempre se escuda en que no arriesga a ningún jugador que no esté al 100%. Unidas ambas premisas, el belga debe ser titular o Zidane juega al despiste.  No dio pistas del once que sacará, pero visto que ante el Barça empezó los deberes por la primera lección, se espera que repita tras el éxito en su elección. Debería apostar por el mismo bloque en el que habrá un cambio obligado por la lesión de Nacho en la banda derecha, Lucas Vázquez, y la posibilidad de que recupere el 4-4-2 sentando a Asensio y fortaleciendo la medular con Modric.

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