El capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, justificó su polémica celebración tras haber marcado el 3-2 en el partido de vuelta de la Copa del Rey que su equipo disputó ante el Sevilla. El central aseguró que "no he insultado ni he faltado el respeto a nadie", aunque confirmó que se había encarado con los aficionados radicales del club sevillista sin citarlos al asegurar que "esta siempre va a ser mi casa, por mucho que algunos no lo entiendan, me piten y se acuerden e insulten a mi madre".
El defensa madridista explicó que "hace muchos años que estoy viniendo a jugar a este estadio y nunca me han recibido como me hubiera gustado, como hacen con otros. Es algo respetable, puedo entender que prefieran a otros. Yo he pedido perdón a preferencia, al gol sur y al fondo, pero a la otra parte no. Son los que manchan a esa gran afición sevillista. No he insultado ni he faltado el respeto a nadie".
Sergio Ramos dejó claro que "esta siempre va a ser mi casa, por mucho que algunos no lo entiendan, me piten y se acuerden de mi madre y la insulten desde el minuto uno. Al defensa le duele que no le traten igual que a otros ex jugadores del Sevilla. "Me gustaría que me recibieran de otra manera, pero sé que no va a ser así. A jugadores como Dani Alves o Rakitic se les recibe como a dioses".
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Por último, el capitán del Real Madrid apuntó que "el día que me entierren será con una bandera del Sevilla y otra del Madrid. Me he disculpado con casi toda la afición del Sevilla, porque no se lo merecen. Me he disculpado con David Soria, porque ni mucho menos era una falta de respeto hacia él".