Los secundarios vuelven a cuestionar las ideas de Ancelotti

Una vez más los suplentes volvieron a dejar en evidencia las ideas de Carlo Ancelotti. El italiano llegaba al partido contra el Valladolid con las bajas de Mendy y Bellingham fijos e intocables en los dos anteriores compromisos, y no le quedó otra que recurrir al banquillo. Fran García fue el relevo del francés y Güler, del inglés y ambos brillaron pese a que no había contado con ellos hasta entonces, y lo hicieron dentro de esa tónica tediosa con la que jugaron los blancos,.

Más energía

Después, con el paso de los minutos, sí maniobró de manera diferente respecto al partido anterior ante el Mallorca. Al italiano le llovieron las críticas por no hacer cambios con el empate a uno y refrescar el ataque. Cuando se decidió, minuto 88, el partido estaba acabado y el empate consumado. Aguantó a las estrellitas hasta el último suspiro, pese a que todo el mundo vio que estaban físicamente al límite en este inicio de temporada.

Contra el Valladolid hizo caso al pensamiento general y movió el banquillo en tiempo y forma, aunque menos de lo esperado. Dotó de energía al equipo, esa que le faltó en Son Moix. Hizo dos cambios faltando 21 minutos y no uno como ante el Mallorca a 14’ del final. Eso sí, se cargó a Güler, que estaba siendo de los jugadores más incisivos en ataque, en lugar de a Vinicius, que no dio una a derechas. Relevos que dieron aire a los blancos para hacer frente a un rival que dio un paso al frente con 1-0 en contra.

Cambios tardíos

Ancelotti volvió a tardar demasiado en sentar a Mbappé y Vinicius, que son muy buenos, sí, pero también lo son Endrick y Ceballos. Los quitó faltando cinco y cuatro minutos, respectivamente, y le ayudó a tomar la decisión el gol de Brahim, otro suplente, que ponía un tranquilizador 2-0 en el marcador. Ceballos aportó más control de balón y Endrick, más amenaza ofensiva formando tándem con Brahim. El brasileño cerró el partido con un gol marca de la casa cuestionando las ideas de un entrenador que tiene el pie metido en el surco por no confiar en los secundarios.

Eso sí, el italiano carga en los jugadores la responsabilidad de no pedir el cambio cuando están exhaustos. "Cuando uno está cansado tiene que levantar la mano, hay que ser responsable", dijo después del partido.

Sin embargo, es su responsabilidad tomar decisiones en momentos puntuales y más cuando ves, como vio todo el estadio, que tenía jugadores desenganchados del juego. Rodrygo no apareció en toda la segunda mitad. Vinicius se perdía en piruetas inútiles y Mbappé era más corazón que acierto, pero sentó a Güler y al eslabón débil del ataque, Rodrygo.