Está claro que Iker Casillas ya no es quien era para la mayoría de la afición del Santiago Bernabéu. Aunque el meta madridista no fue el principal responsable del gol encajado por su equipo en los inicios del derbi -en todo caso estuvo más despistado en el marcaje Benzema-, la reacción de Chamartín fue automática.
Una buena parte de la grada empezó a abuchear a Iker cada vez que entraba en juego o tocaba el esférico. Incluso, cuando un sector intentó animarle, rápidamente otros respondieron acallando los vítores y arreciando las críticas. Tampoco tardó en nacer un debate en las redes sociales a favor y en contra de Casillas.
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Las secuelas de sus diferencias con Mourinho y Diego López y el paso del tiempo han dejado mella en las relaciones Casillas-madridismo, quizás para siempre.