Sergio Ramos está ofreciendo su mejor versión de la temporada por lo que le va en el envite. Acaba contrato en el 2021 y se ha marcado como objetivo es ampliarlo dos temporadas más e intentar que el Real Madrid rompa su política de renovar año a año a los jugadores mayores de 30 año. Motivos suficientes como para que intente brillar más que nunca y demostrar que como capitán es el líder indiscutible del equipo y que si no le dan los dos años que pide exigirá 18 millones de euros por uno.
En el Real Madrid se están tomando el asunto con calma. Tienen tiempo hasta enero, momento en el que Ramos podría negociar su futuro con otro equipo. De momento no tienen una ficha fija para abordar la negociación, y menos hasta que no acabe la Liga dentro de tres semanas. A partir de ahí podrían llegar los contactos, aunque el equipo empezará a preparar el encuentro de vuelta de los octavos de final ante el Manchester City.
ZIDANE, COLABORADOR NECESARIO
Pero para el futbolista parece que no hay tregua. Presiona y airea a través de sus medios afines que el club no le ha llamado (‘Cope’) aprovechando que su gol de penalti le dio los tres puntos ante el Getafe. A esa presión colabora el propio Zidane, quizá malhumorado por la fuga de Achraf que no entraba en sus cálculos para la próxima temporada y que le obligará a decidir si recupera o no a Odriozola para la banda derecha aunque no confíe en él.
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“Nuestro capitán es nuestro líder dentro y fuera del campo. Es un jugador irrepetible, único, sabemos lo que transmite a los demás”, dijo el técnico francés a la conclusión del encuentro ante el equipo azulón. A pesar de todo, el club, de momento, no tiene intención de variar su política de renovarle año a año. Romper esa norma crearía un antecedente en una plantilla en la que hay otros seis jugadores que pasan de la barrera de los 30 años.