Si hay un equipo que está amargando la temporada al Real Madrid ese es el Barcelona, que le ha ganado los tres últimos Clásicos para instalar las dudas en el equipo de Ancelotti. Los blancos se las prometían muy felices en la Liga con un arranque de temporada ilusionante, mandando en la fase de Grupos de la Champions y se llevaban la Supercopa de Europa tras derrotar 2-0 al Eintracht. Los de Ancelotti ganaban 14 de los primeros 16 partidos, con dos empates, en un inicio que desbordaba la ilusión madridista hasta soñar con ganar el sextete tras ganar la Champions y la Liga la temporada anterior.
Pero le faltó continuidad después de mandar en las primeras 13 jornadas de la Liga ganando el primer Clásico en el Bernabéu (3-1) para afianzarse en el liderato. Pero le faltó regularidad y empezaron a tropezar más de la cuenta para que el Barcelona le diera caza en la clasificación y mantener un pulso por el liderato hasta que comenzó 2023. A partir de ahí se sucedieron los pinchazos y vieron alejarse a los azulgrana que culminaron su distanciamiento hasta los 12 puntos con su victoria en la última jornada antes del parón (2-1). Una derrota que no dolió más que las dos anteriores, quizá por esperada visto que no son capaces de encontrar la manera de superar a un rival que les ha tomado la medida.
La Supercopa de España marcó distancias
El punto de inflexión entre los dos equipo llegó en Riad, en la final de la Supercopa de España, en la que los de Xavi pasaron por encima de los blancos para llevarse el título (1-3), arruinar el sextete y, lo que es más importante, dejar en evidencia la cuesta abajo de un equipo que hizo una pésima actuación para tocar fondo. Pero aún quedaba otro reto, la Copa del Rey que les enfrenta en la semifinal. Y no hay dos sin tres porque el Barcelona tomó el Bernabéu ganando el partido de ida 0-1 para dejar claro quien mandaba en los Clásicos esta temporada. Otra derrota, la tercera de las siete que han sufrido en los 43 partidos que llevan disputados esta temporada, casi el 50% de ellas ante los azulgranas.
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El cuarto Clásico se jugará dentro de cinco días en el Nou Camp en la vuelta de la Copa y los blancos empiezan a obsesionarse con remontar ese 0-1 y equilibrar unos enfrentamientos en los que no han dado la talla. Un lastre anímico que se ha reflejado principalmente en la Liga, donde han pegado un bajón que ha permitido que el Barcelona se distancie con comodidad en la tabla. Ahora llega la última oportunidad de desquitarse en un torneo que se le niega desde hace una década. Pero para eso tiene que ganar a su ‘bestia negra’ de este curso, un Barça cuyo estilo se le atraganta a un Ancelotti que no ha sabido dar con la tecla para contrarrestar a un rival que ha sido mejor en tres de los cuatro enfrentamientos esta temporada.