Real Madrid y Levante viven en mundos diferentes. Los primeros viven sin prisas esperando que llegue día 28 con una dieta saludable que les permita llegar a París sanos, fuertes y en forma, y a los segundos se les acaba el tiempo en una carrera imposible por salvar la categoría.
A Ancelotti solo le preocupa que sus jugadores no se lesionen y que no pierdan el ritmo competitivo, y Lisci se deja el alma por una vía de escape que pasa por ganar hoy. Y ni así asegura la permanencia. Si pierden serán equipo de Segunda, y si ganan y lo hace el Cádiz, también, aunque tiene la opción de ganar los dos partidos que quedan y que el Granada los pierda.
ABANDONO
Un panorama negro para los granotas. Y eso que si había un momento para visitar el Bernabéu era este. A un equipo que prepara en la Liga el partido ante el Liverpool diga Ancelotti misa, y que le da lo mismo ganar que perder porque ya es campeón. Añade que no valora que sus actuaciones afecten a la tabla como demostró en el Metropolitano, donde nadaron para guardar la ropa. Obvió que fuera un derbi y sin pasillo. Fue un Madrid que ni sintió ni padeció, que perdió ofendiendo a sus aficionados heridos por el abandono.
El italiano tiene ocho bajas y llama a dos del filial para completar la convocatoria, Peter y Gila. Asensio, con un problema en el tobillo, y descanso para Carvajal se suman a los seis lesionados, que le dejan con 13 jugadores de campo del primer equipo. Eso sí, adelantó que jugarán Benzema y Vinicius para justificar tanta ausencia y es que no podrá dar descanso a conciencia a los titulares porque seis de los ausentes son suplentes.
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Lisci decidirá si apostar por sus titulares o hacer algún cambio en una semana de tres partidos. No tiene margen para rotar, repetirá con su habitual 5-3-2 y sabe que si hoy pierden se queda sin futuro. Ancelotti volverá a poner un once laxo para cumplir el expediente.