Sergio Ramos está tirando del carro del Real Madrid desde el regreso a la competición. El capitán blanco asume el rol de líder desde la defensa para asumir la responsabilidad de lanzar los penaltis.
Una suerte para la que no le tiembla el pulso en momentos críticos de los partidos como ante el Getafe y el Athletic, partidos que se decidieron por dos penaltis señalados por el VAR y que el defensa sevillano convirtió con eficacia.
El camero es la mano derecha de Zidane en la plantilla, su hombre de confianza y en el que se apoya como ejemplo para el resto de los jugadores. Un líder que tira del carro más allá de los errores puntuales que comete, aunque los compensa con creces por su seguridad cuando la jugada lo requiere. Expeditivo y técnico a la vez, que asume con calidad la labor de sacar el balón jugado desde la defensa.
BENZEMA, PERJUDICADO
Pero sus números como goleador son discutibles. Esta temporada lleva 13 goles en todas las competiciones pero solo cuatro de jugada y uno de falta. Una cifra inferior al de la campaña pasada en la que alcanzó los 16, aunque también 10 fueron desde el punto de penalti. Ramos es ya todo un consumado lanzador de la pena máxima, responsabilidad que asumió cuando se fue Cristiano Ronaldo, lleva 20 lanzados sin fallo.
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Es el segundo máximo goleador de los madridistas esta temporada con 10 goles, por detrás de Karim Benzema, que lleva 17. Si el francés hubiese sido el encargado de lanzar los penaltis, sería en estos momentos el máximo goleador de la Liga si hubiese marcado todos como ha hecho el central. Llevaría 23, uno más que Leo Messi, al haber tirado los seis que ha convertido su compañero.