Antes de comenzar el partido en el Santiago Bernabéu la expectación, la ansiedad, la ilusión y los nervios se repartían de la misma manera. Zidane ocupaba por primera vez el asiento como nuevo entrenador del Real Madrid y, tras la decepción con Rafa Benítez, la única opción era ganar el partido. Arrollar si era posible. Lo que pasa es que el Deportivo de la Coruña, pese a que no ha realizado el mejor partido de la temporada, no se lo puso facil.
No muchos minutos contaba el cronómetro de feudo blanco cuando Karim Benzema, de tacón, fusiló la portería de Lux. Todos pidieron el fuera de juego. Y así lo parecía ya que la asistencia de Ramos llegaba desde muy lejos y esa ventaja la aprovechó el delantero francés. No era posición ilegal, pero lo parecía. En la repetición se ve claramente. Pero el caso es que, como todo el equipo de Sánchez del Amo, tanto Bale como Cristiano levantaron las manos en un gesto que hacía creer que también ellos reclamaban el fuera de juego de su compañero. Cuando se percataron que el colegiado no pitó nada, fueron a celebrarlo con sus compañeros.