El Juvenil A del Real Madrid se jugaba su pase a cuartos de final ante el Oporto Alfredo Di Stéfano. La sorpresa del encuentro llegó cuando el árbitro suizo Adrien Jaccottet señaló un penalti cometido por Quezada por coger el balón con las manos cuando ya había salido por la línea de fondo.
La jugada se inició cuando el jugador del Oporto Rierol encaró al defensa blanco, que tapó al atacante y dejó que el balón saliera del campo. Acto seguido, la cogió para entregarla a su guardameta y ganar tiempo en el saque de portería.
El equipo blanco no daba crédito. Curiosamente, pocos minutos antes el colegiado suizo ya había señalado otra pena máxima a favor de los lusos que el portero Oliveros consiguió atajar. En este caso, el guardameta no pudo repetir la gesta.
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Tras los 90 minutos reglamentarios el partido terminó 1-1 y se tuvo que decidir, también, desde el punto de penalti. Los blancos erraron tres de sus cuatro lanzamientos y quedaron eliminados del torneo (1-3).