El técnico del Tottenham, José Mourinho, alabó a Luka Modric, centrocampista del Real Madrid, que está ofreciendo un gran nivel con Zidane y que fue una petición particular durante su etapa en la capital para Sportske Novosti: "Insistí mucho para que trajeran a Modric al Real Madrid porque tenía todo lo que necesitábamos en el equipo. Ha ganado un Balón de Oro, no lo comparemos con nadie".
El portugués destacó todas las virtudes del croata, que este mes ha cumplido 15 años desde su primer encuentro con la selección absoluta: "Luka tiene técnica, visión y lectura del juego: También tiene calidad a la hora de tomar decisiones, velocidad de pensamiento, pase largo y corto, anotar desde fuera del área y presionar. Es inteligente en posicionamiento e intenso". "Necesitábamos todo esto en el Real Madrid", reconoció.
En esta línea, el entrenador habló también de su lado más personal, algo que le ha ayudado a llegar a donde está actualmente: "Es un niño que trabaja en equipo. Un gran profesional, que tiene una vida tranquila, disfruta de la familia, trabaja duro y confía en sí mismo. Pero al mismo tiempo es modesto". "Luka es un tipo estable y seguro de sí mismo. Rápidamente aprendió lo que es el Real Madrid, el tamaño del club y sus objetivos", recalcó.
Uno de los mejores centrocampistas de la última década
El jugador croata se ha convertido en uno de los futbolistas más importantes en el Real Madrid. Partícipe directo en las últimas cuatro Champions League del Real Madrid, Luka Modric ha sido uno de los jugadores más dominantes en LaLiga y en Europa. El ex del Tottenham ha disputado 379 encuentros con la camiseta blanca desde su llegada a la capital en 2012, donde ha anotado 26 goles y ha repartido 60 asistencias. En el reciente curso, el croata ha sido imprescindible para Zidane: solo se ha perdido dos encuentros entre todas las competiciones.
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El centrocampista del Real Madrid rompió el monopolio Messi-Ronaldo alzándose con el Balón de Oro en 2018, una de las temporadas más superlativas de Modric en el equipo blanco. Desde 2007, cuando Kaká salió vencedor, nadie había conseguido destronar al astro argentino y portugués. "Es una sensación única. Estoy feliz y orgulloso; es un honor. Son muchas emociones difíciles de explicar en palabras. El Balón de Oro era más que un sueño", reconoció el jugador cuando recibió su trofeo.