El Real Madrid visita este miércoles el Sánchez Pizjuán, en un partido que suele ser de alta tensión e intensidad. Un choque en el que las debilidades de cada equipo suelen agrandarse ante las altas exigencias que arrastran los dos equipos. Y si los blancos tienen una debilidad es en la banda izquierda, un agujero que aprovechan los rivales cuando Marcelo se lanza al ataque dejando libre su espalda.
Machín, entrenador del Sevilla, ya explotó esa debilidad la temporada pasada al frente del Girona para ganar a los blancos en Montilivi. Portu fue una pesadilla para la defensa blanca y una sombra que Marcelo persiguió sin éxito. Ahora, el técnico soriano vuelve a encontrarse con los blancos e intentará aprovechar las facilidades que ofrece el brasileño a su espalda.
MAL ARRANQUE DEL BRASILEÑO
Marcelo no ha hecho un buen arranque de temporada. Se le ve distraído e incómodo en un sistema que limita su espíritu libre cuando se suma al ataque. No está rompiendo al rival con sus internadas como en temporadas pasadas y, cuando lo consigue, falla en el último pase. No ha alcanzado todavía su mejor nivel, aunque nadie puede dudar de su categoría y de lo que es capaz.
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Machín ve un pasillo profundo por el carril derecho. Ramos es el escudero del brasileño, siempre atento a cubrir sus espaldas, pero su contundencia e intuición para salir al corte contrasta con su falta de velocidad. Por ahí quiere sorprender el Sevilla ya sea con las internadas de Navas, o la aparición de Sarabia, que ya ha hecho más de un destrozo por esa banda en temporadas pasadas. Además, Machín tiene las opciones de Aleix o Promes. Él decide.