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El Real Madrid no pudo empezar peor la segunda jornada de la liguilla de la Champions League ante el CSKA de Moscú. Solo había transcurrido un minuto de partido cuando Toni Kroos cometió un error garrafal para servir en bandeja el primer gol del partido a Vlasic.
El conjunto blanco estaba tocando comodamente la pelota cuando Kroos quiso dar un pase cruzado desde la banda izquierda. El alemán golpeó mal la pelota, que quedó a los pies de Vlasic, quien pudo encarar la meta de Keylor Navas y marcar con un disparo ajustado. Un regalo inesperado y celebrado por todo lo alto en el estadio Luzhniki.
El técnico, Julen Lopetegui, ha decidido en esta ocasión apostar por las rotaciones, dejando en casa a Sergio Ramos y dando entrada al canterano Regulón. Una frivolidad que de entrada a costado cara ya que los madridistas han recibido un gol nada más empezar.
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El Madrid afronta el partido con la tranquilidad de haber vencido en la jornada inaugural a la Roma en el Santiago Bernabéu, pero en ningún caso esperaba arrancar el encuentro en tierras rusos de forma tan nefasta. Un gol que obliga a los de Lopetegui a tener que subir el pistón.