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Si hubo un gran protagonista la noche del sábado en el derbi del Vicente Calderón éste fue, sin duda, Isco Alarcón. El malagueño fue la sorpresa táctica de Zinedine Zidane y entró por todos los lados y volvió loca a la defensa del Atlético de Madrid.
Una actuación que le consolida y que le hará avanzar en su renovación. Su situación ha dado un giro radical en las últimas semanas, ahora es una piexa importante, y el club blanco ya trabaja por ampliar el contrato de Isco, que termina en 2018.
Pero con Isco en su mejor momento de forma como madridista, el futuro es cada vez más negro para James Rodríguez, que ha visto como su papel se está viendo relegado a ser el suplente del malagueño.
El colombiano atraviesa sus peores días en el Madrid y la falta de continuidad está siendo un lastre muy pesado. Por su categoría y caché, debería tener un papel mucho más determinante, pero a la hora de la verdad, no es así.
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Y en el puldo entre Isco y James, dos jugadores que por su posición es difícil verles coincidir en el campo, el colombiano tiene todas las de perder. El club blanco ya quiso traspasar a uno de los dos futbolistas el pasado verano, pero Zidane se añadió a la presión y lograron frenarlo. Ahora, o James Rodríguez cambia mucho y resurge o perderá su gran sueño de triunfar de blanco.