Casemiro adelantaba al Real Madrid en Vallecas a pocos minutos del descanso, y el Rayo protestaba. El árbitro del partido, Isidro Díaz de Mera Escuderos, daba el tanto por válido, pero pronto se llevaba la mano a la oreja. Momento para que el VAR revisara la acción.
En la repetición del tanto, existían hasta tres posibles infracciones para anular el gol. Dos de ellas, claras a nivel de reglamento para anular el gol. La otra, interpretativa. La primera, y por lo que González González en la sala VOR no dio por bueno el tano, fue por fuera de juego del jugador brasileño del Real Madrid. Aunque por muy poco, la espalda del futbolista merengue se encantaba más adelantado que el penúltimo defensa local.
Aun así, lo que más protestó el Rayo fue una falta de Casemiro a Catena, el jugador con el que saltó dentro del área. Díaz de Mera no consideró falta en el salto, pero Casemiro sí pone el brazo en la espalda del central rayista, aunque era una acción interpretable.
El tercer motivo por el que se podía haber anulado el gol es por una mano del jugador del Madrid previa al gol. Las reglas indican que se anulará un gol cuando se marque "inmediatamente después de que el balón le toque en la mano o el brazo, incluso de manera accidental".
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La mano de Casemiro, pese a ser accidental o involuntaria, es justo antes de que el balón le quede franco en el pie y tire a portería, para batir a Luca Zidane. Es por eso que, de no haber habido fuera de juego, el VAR habría entrado a valorar esa acción como "error claro, obvio y manifiesto" de Díaz de Mera sobre el campo al no haberla sancionado.