El derbi entre el Real Madrid y el Atlético se estaba desarrollando de forma deportiva, sin polémicas ni acciones fuera de lugar. Hasta que Gil Manzano decidió tomar cartas en el asunto y erigirse en protagonista con una expulsión con roja directa a Ángel Correa, que tuvo que abandonar el terreno de juego en el minuto 65.
Fue una acción que no pasaba de un simple forcejeo en un servicio de banda y en el que el delantero colchonero y Antonio Rüdiger forcejeaban por ganar la posición. Correa golpeó el pecho del central con un movimiento de su brazo hacia atrás y el futbolista blanco no dejó pasar la ocasión para echarse al césped y sobreactuar de forma evidente para llamar la atención del colegiado.
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Gil Manzano, uno de los árbitros con más expulsiones en su carrera, no dudó ni un momento y le mostró la cartulina roja directa al delantero del Atlético, que no podía creérselo. Así, los de Simeone se quedaban con diez a falta de 25 minutos para el final del encuentro.