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Florentino Pérez se olvida de los socios

Reelegido para cuatro años más, el presidente es dueño absoluto del Real Madrid sin oposición alguna

Con el Bernabéu cerrado por la pandemia, no hay quien cuestione sus decisiones pese a sus errores deportivos

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid / | EFE

Florentino Pérez fue proclamado presidente del Real Madrid en abril en su sexto mandado, cuarto sin rival en las urnas. El dirigente se ha convertido en el dueño absoluto del destino del club sin oposición alguna incluida la de sus socios, a los que la pandemia ha cerrado la boca al no acudir al Santiago Bernabéu para seguir los partidos donde expresar su opinión sobre un equipo que no ganó nada la temporada pasada.

Como buen político, repite que el club es de los socios, pero éste no tiene ni voz ni voto. La situación social permite que actúe a sus anchas sin que nadie pueda criticar o cuestionar sus decisiones. Una afición que no tendrá voz hasta que vuelva a las gradas para expresar sus opiniones. Desde que el equipo ganó la Champions en mayo de 2018 ha sumado tres títulos, el último de la temporada 2019-20, pero el proyecto ha dado síntomas claros de agotamiento sin que el presidente haya acertado en su política de fichajes

EL DINERO POR ENCIMA DE TODO

Florentino Pérez se ha centrado después en blindar las cuentas abandonando la parcela deportiva. La afición aprueba su gestión económica pero vuelve a cuestionar sus decisiones futbolísticas. Su política de firmar jóvenes jugadores no ha funcionado. Ahora su objetivo es venderlo todo y reducir gastos (Ramos, Varane…), aunque sea a costa de perder potencial. El presidente es soberano en la dirección deportiva para fichar y vender jugadores en la que ni Ancelotti tiene voto tras la salida de Zidane.

 

Su única obsesión en la parcela deportiva es fichar a un jugador, a Mbappé, dando la espalda a todo lo demás sin que los socios madridistas puedan dar su opinión. A todo esto se suman las filtraciones de unas cintas que cuestionan su buena reputación. Florentino Pérez empieza a perder credibilidad ante una afición amordazada, que solo tiene las redes sociales para quejarse ya que el club es impermeable con una estructura blindada hecha a conciencia.