Europa se cansa del oportunismo ‘gratuito’ del antipático Real Madrid

El Real Madrid presume de ser el mejor club del mundo y exhibe cuando puede todos sus trofeos de manera orgullosa. Sus éxitos son el cebo para que piquen los reclamos, que no son otros que los jugadores que brillan en otros equipos a los que empuja a no renovar para llegar a un acuerdo y que acaben defendiendo su camiseta. Una práctica que ejecuta con eficacia, que provoca envidias porque cualquier equipo intentaría lo mismo en su situación, pero que deja tras de sí una estela de resentimiento que se transforma en antipatía.

Inversiones y luego, Mbappé

Es cierto que el mercado se ha puesto duro y que hay equipos que cuando se interesan por un jugador, el precio se dispara. Por eso, el club que preside Florentino Pérez huye de entrar en pujas que encarecen el precio de los jugadores y dirige su política hacia jóvenes promesas o jugadores que ven en el horizonte el final de sus contratos. Hay excepciones, como Bellingham (103+30 M€) o Tchouameni (80+20), pero sabe aprovechar su prestigio para llevarse el gato al agua y a ser posible a coste cero.  

Cada cual utiliza sus armas y el Madrid aprovecha las suyas. Sin embargo, esa política empieza a molestar a los rivales europeos, que se han casado de ese ‘encanto gratuito’ que utiliza para llevarse a sus estrellas. Kylian Mbappé lo sabe bien. Francia es un clamor contra su estrella, al que critican cada vez que hace un gesto. L’Equipe, por ejemplo, le tachó de “torpe” en su debut de blanco en el Bernabéu. Las críticas siguen lloviéndole, la última es acusarle de “borrarse de la selección”, y se escandaliza de que estuviese en Suecia de discotecas cuando la tricolor jugaba en Israel

De Francia a Alemania

El Madrid hizo un marcaje exhausto al jugador en contra de los intereses del PSG, que intentó retenerlo por todos los medios, pero acabó claudicando ante los cantos de sirena que partían del Bernabéu. Tampoco la postura del equipo francés fue aplaudida, sobre todo por rechazar 200 M€ en su momento (no se dignó ni a responder). Pero es el jugador el que lo paga con la animadversión de los medios galos por su fuga, que ha dejado la Ligue-1 en crisis.

En Alemania tampoco pasa inadvertido ese oportunismo. Ya sentó mal que se llevase a un joven y prometedor jugador llamado Toni Kroos por apenas 25 millones de euros cuando le quedaba un año de contrato y amenazó con irse gratis. Un negocio redondo viendo después el rendimiento ofrecido por el centrocampista. Pero tampoco gustó nada que se llevaran a Alaba, arrancándolo del Bayern de Múnich a coste cero y aprovechando que finalizaba contrato.

Davies y el enfado del Bayern

El último caso es el de Davies, que seguirá los pasos del austriaco ante la impotencia del equipo bávaro por retenerlo. El enfado en el Bayern es patente por la intromisión del equipo madridista, y es que llevan año y medio intentando renovarlo ante la negativa del jugador. Al principio extrañó, pero cuando intuyeron que detrás tendría algún club y confirmaron que era el Real Madrid, llegó el enfado e incluso la amenaza de dejarlo en el banquillo.

En Inglaterra también levantan la voz por las intromisiones del Real Madrid en la carrera deportiva de jugadores de primera línea. Sentó mal que se llevaran a su ídolo David Beckham, aunque sentó peor que les privaran de Cristiano Ronaldo en su mejor etapa. Aceptaron a regañadientes que se llevasen a Rudiger, un alemán que había cerrado su etapa en el Chelsea cumpliendo con sus obligaciones.

“Se ríe del Liverpool”

Sin embargo, el anuncio de que tiene hecho el fichaje de Alexander-Arnold vuelve a enfadar a la afición inglesa en general. Jugador franquicia del Liverpool, al que ha engatusado para que renuncie a ampliar su contrato para acabar defendiendo la camiseta blanca. La prensa no es ajena a esa fuerza atractiva que provoca el Madrid cuando tienta a un jugador, y lo critica con frases como “el Madrid se ríe del Liverpool” por llevárselo gratis, en ‘Tribal Football’.

El Real Madrid se refugia en su prestigio para hacerse fuerte y se aprovecha de ese encanto para saltarse las reglas de negociar con jugadores que tienen contrato en vigor sin esperar a los últimos seis meses de compromiso. Práctica, por otra parte, habitual que hacen todos los equipos grandes y no grandes, pero que los blancos aprovechan mejor que otros. No es de extrañar que el Real Madrid no goce de demasiadas simpatías por estas prácticas que provocan la frustración de los equipos rivales.