A raíz de los errores de arbitraje de Gil Manzano en el Villarreal - Real Madrid (2-3) se ha levantado una enorme polvareda cuando el presidente del conjunto castellonense, Fernando Roig, lamentó que el delegado arbitral Fernández Marín abandonara el estadio portando unas bolsas de obsequio del Real Madrid.
Este hecho provocó el enfado de Fran Escribá, técnico del Villarreal, que al ver al excolegiado con los obsequios espetó: "Al menos tápate un poco".
La respuesta del estamento arbitral fue amenzar con denunciar a Roig y al futbolista del FC Barcelona, Gerard Piqué, quien también mostró a través de la redes sociales su disgusto al entender que existe una doble vara de medir, distinta para el Real Madrid.
El Real Madrid se indignó con estas reacciones y argumentó que se trata de un hecho habitual que llevan a cabo todos los clubes de Primera y que, en todo caso, hoy en día se trata de obsequios de poco valor, básicamente banderines, pines o bolígrafos -según informa 'Marca', el Villarreal no da obsequio alguno a los colegiados desde hace algún tiempo.
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El matiz que distingue al Real Madrid es que estos detalles no solo los tiene cuando juega como local en el Santiago Bernabéu, sino también cuando juega como visitante y eso es lo que ocasionó el enfado de los responsables del Villarreal.