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El Real Madrid tiene, además de intentar ganar el torneo, una segunda ocupación -mejor dicho, preocupación- de cara al inminente Mundial de Clubes. Y es que la normativa actual exige que, si hay una expulsión en el citado torneo, ésta debe cumplirse en el siguiente partido oficial. Dicho en otras palabras, si un jugador del conjunto blanco fuera expulsado en el último partido del Real Madrid en el Mundial de Clubes se perdería el Clásico ante el Barça del día 23.
La normativa de la FIFA así lo exige, por lo que los jugadores blancos deberán tener en cuenta esa circunstancia. Podría suceder, eso sí, que un jugador del Madrid fuera expulsado en semifinales y el equipo de Zidane accediera a la final. De ser así, esa tarjeta roja no tendría ningún efecto de cara al Clásico, ya que el jugador en cuestión cumpliría la sanción en la final del Mundial de Clubes.
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En 2012, Cahill, del Chelsea, fue expulsado en la final del Mundial de Clubes ante el Corinthians y tuvo que cumplir sanción en el siguiente partido, que era un duelo de la Copa de la Liga frente al Leeds.