A pesar de las molestias musculares que le obligaron a pedir el cambio el pasado sábado en Mendizorroza, Gareth Bale ha aterrizado en esta mañana del lunes en Cardiff para unirse a la concentración de la selección galesa.
El jugador del Real Madrid, que hizo saltar las alarmas de nuevo con respecto al estado de su aductor derecho, ha decidido finalmente ponerse a las órdenes de Ryan Giggs, aunque con Gales seguirá un plan específico de recuperación.
Pese a que el deseo del club blanco era que el '11' se quedara en Madrid trabajando con los preparadores físicos del club, la ausencia de una lesión confirmada por las pruebas médicas ha impedido a Lopetegui retener al jugador.
Sin embargo, las tres partes habrían llegado al acuerdo de no correr ningún riesgo con Bale, que no jugará el jueves ante la selección española y solo disputaría el encuentro del día 16 ante la República de Irlanda en la Liga de las Naciones.
La historia se repite
Tres goles en los primeros tres partidos de la temporada situaron al galés como la principal referencia de la delantera blanca. El inicio del curso de Bale estaba siendo brillante, pero las lesiones han vuelto a entorpecer el rendimiento de un futbolista del que se espera mucho más.
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Guión muy similar el que siguió el principio de la pasada temporada del ex del Tottenham, en el que el jugador acudió a la llamada de su selección con unas molestias que se intensificaron y acabaron por dejarle dos meses fuera de los terrenos de juego.