Marcos Asensio es ya suplente habitual del Real Madrid esta temporada. El balear tiene dos problemas llamados Fede Valverde y Rodrygo, compañeros a los que llevó la delantera en la primera parte de la temporada pasada, pero el uruguayo y el brasileño fueron creciendo para pasarle por la derecha y mandarle al banquillo. El poderío del primero y la habilidad del segundo enriquecen los recursos ofesnvios del ataque blanco más allá de marcar goles.
Y es que ni ser el tercer máximo goleador la temporada pasada le ha dado galones para que Ancelotti considere su decisión de elegir antes a sus dos competidores. Asensio protagonizó la anécdota negativa del partido ante el Mallorca. Estaba a punto de salir en los últimos minutos del encuentro, pero Lucas Vázquez se lesionó y Ancelotti recurrió a Carvajal agotando los cambios. La situación enfadó a Marcos que dejó de calentar, se quitó el peto y lo tiró de mala manera.
TALENTO EN LA RESERVA
Ancelotti entendió el cabreo del jugador: “Tenía una ventana solo y preparaba unos cambios, meter a Asensio y Mariano. Pero se lesionó Lucas. Se ha enfadado y estoy de acuerdo con él. Quiere jugar y eso es lo importante. Lo tengo en cuenta”. El balear apenas ha aparecido esta temporada. Suplente en los siete partidos y solo 7 minutos en la Liga y otros 10 en la Champions. Muy poco para un jugador de su talento que ha pasado a la reserva.
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A Asensio le queda una temporada de contrato con los blancos y no acepta renovar con las mismas condiciones actuales. El Real Madrid no tiene la intención de hacerle una oferta económica superior, y ha esperado todo el verano a una propuesta de algún equipo que nunca llegó, o que el jugador encontrase destino a través de su representante para marcharse dejando algún dinero en la caja. El club asume que puede irse gratis en verano, pero no se moverá de su postura actual.