La recta final del Valencia - Real Madrid (2-2) estuvo marcado por varias jugadas polémicas que hicieron que se disparara la tensión en el terreno de juego y las gradas de Mestalla. Mientras que por parte del Valencia se reclamó un posible penalti, el Real reclamó un tercer gol que habría supuesto la remontada y el triunfo para el equipo de Carlo Ancelotti.
Gil Manzano anuló el posible 2-3 ante la desesperación y las protestas de los jugadores del Real Madrid y el alivio de los futbolistas del Valencia. Los motivos que el colegiado argumentó es que ya había avisado que no dejaría una segunda jugada en el córner que se lanzó en el minuto 90' + 9' porque el tiempo añadido estaba vencido: únicamente había tiempo para un remate.
El problema es que tras el rechace inicial, los jugadores siguieron en acción mientras el árbitro pitaba el final; dos segundos después marcaba Bellingham tras rematar de cabeza. Mientras algunos jugadores madridistas celebraran el tanto, algunos valencianistas se desesperaban y otros recordaban que el partido estaba acabado.
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Las protestas del delantero inglés del Real Madrid le llevaron a ver la roja directa tras el partido, mientras se montaba un lío monumental en Mestalla.