Ancelotti sigue vendiendo humo

“Veo más confianza ahora que hace un mes. Los jugadores están más motivado y físicamente más preparados. Vamos a sacar la mejor versión, esa que no hemos conseguido en los últimos tiempos”, decía Carlo Ancelotti en vísperas del partido de Vigo. Pero no. Lo único que no cambió fue otro resultado positivo. Ganaron inmerecidamente por el talento de sus jugadores ante un rival que fue mejor. Lo preocupante para sus seguidores es que sigue sin convencer a nadie.

Ancelotti sigue buscando soluciones, pero no las encuentra. Insiste en poner músculo en el centro del campo en lugar de apostar por el talento. Y aun así, el equipo se resquebraja entre líneas para hacerse demasiado largo. Da ventaja a rivales que se mueven en bloque y en armonía, como hizo el Celta. Los vigueses dieron un revolcón táctico y futbolístico a los blancos, que se salvaron por las individualidades que tienen con mención especial para Courtois y Modric, con Mbappé y Vinicius de verdugos.

Enganchados

El Real Madrid sigue sin jugar en bloque. Cuando ataca rápido el equipo se queda enganchado atrás y deja en los pies de sus tres delanteros todo el trabajo. El resto sube despacio, pendientes más de estar preparados en defensa que ayudar en ataque. No se suman a esas acometidas y dejan solos a sus delanteros ante el muro que pone el equipo rival con un buen repliegue.

Ancelotti sigue vendiendo humo antes de cada partido. En sus últimas comparecencias compartía ideas que luego no se cumplían sobre el campo. “Tenemos que mejorar la intensidad en la circulación del balón y en el aspecto defensivo”, decía en vísperas del Villarreal, al que ganaron 2-0, pero la iniciativa del partido la llevó el cuadro amarillo. “Todos los partidos hay que lucharlos, pelearlos y competirlos. Estamos bien. Se puede mejorar nuestro nivel”, subrayaba antes de perder en Lille donde no se vio nada de lo que pedía.

Salva los resultados

Esta es la constante del italiano en sus previsiones antes de los partidos desde que empezó la temporada allá por mediados de agosto. Lo positivo es que saca adelante los resultados gracias a la gran calidad individual de sus jugadores, pero no por hacer un fútbol contundente que supere a sus rivales. Se parte con demasiada facilidad, ya sea cuando va a presionar en primera línea o cuando entra en esas transiciones que acaban partiendo al equipo.

La inconsistencia de este Real Madrid ha dado demasiados avisos. Mantiene el tipo, solo ha perdido un partido de los trece jugados con tres empates. Unos resultados que son demasiado botín para un equipo que no juega como equipo, al que le falta una estructura definida de juego. Las pruebas que hace Ancelotti no funcionan, como se vio en Vigo apostando por tres centrales. El Celta hizo lo mismo, pero replegaba en bloque tanto en defensa como en ataque y por ahí mostró las costuras de un Madrid permeable.