Ancelotti condenará a Endrick a salir cedido en enero

Endrick es otra apuesta de futuro de Florentino Pérez. Uno de los delanteros centro con más proyección del fútbol brasileño al que consiguió fichar en dura disputa con otros equipos interesados. El Real Madrid cerró un acuerdo con el Palmeiras por 35 millones fijos y otros 25 en variantes en diciembre de 2022. Año y medio después, tras cumplir los 18, se ha incorporado a la plantilla madridista para ocupar sitio en el banquillo.

Pretemporada

El jugador estaba avisado. Sabía que tendría complicado jugar en su primera temporada de blanco. Tras conocer más de cerca la forma de gestionar de Carlo Ancelotti, el brasileño empieza a darse cuenta de que sus opciones se reducen al mínimo. Además del tridente titular formado por Rodrygo, Vinicius y Mbappé, tiene por delante a Brahim e incluso a Arda Güler. Muchas barreras que superar para tener oportunidades.

Endrick se incorporó al equipo en vísperas de la gira por Estados Unidos, cumpliendo su primer entrenamiento coincidiendo con su 18 cumpleaños. Jugó 45 minutos en el estreno ante el Milán (0-1) y 67’ contra el Barcelona (1-2), para sufrir una sobrecarga muscular y no jugar ante el Chelsea (2-1), único partido ganado por los blancos en tierras americanas. Desde entonces, el brasileño no ha vuelto a jugar con los blancos.

Sin debut oficial

 Ancelotti no dio ni un minuto al brasileño en la Supercopa de Europa ante el Atalanta, pese a que los blancos cerraron el partido a los 68 minutos con el 2-0 de Mbappé. Contra el Mallorca tampoco disputó ni un minuto, y eso que el Madrid se vino abajo y necesitó el impulso físico del banquillo ante la pasividad del italiano. Así las cosas, Endrick empieza a pensarse su futuro tras dos partidos sin la oportunidad de haber debutado oficialmente de blanco.

El brasileño se plantea aceptar una cesión en enero en caso de que Ancelotti le mantenga en el ostracismo. Tiene asegurados cuatro meses de banquillo salvo que haya lesiones en el ataque y Ancelotti se vea obligado a ponerlo. Un parón peligroso para la progresión futbolística de un jugador con un potencial incuestionable. Necesita jugar, acumular experiencia para seguir creciendo y poder competir para aspirar a un puesto, algo que con el italiano va a tener muy difícil.