El 1x1 del Real Madrid ante el Valladolid

Tuvo poco trabajo, ya que el Valladolid llegó con poca claridad, pero fue decisivo para asegurar la victoria de su equipo. Ya en la segunda parte evitó que los visitantes se adelantaran respondiendo con una muy buena mano a un remate seco de Weissman. Luego apareció de nuevo ante el propio Weissman y Waldo.

El donostiarra es consciente de que fueron sus carencias ofensivas las que le enviaron al exilio el pasado curso, de ahí que se mostrara muy comedido en su mejor virtud, el desdoble ofensivo. A pesar de prodigarse muy poco, no evitó que Óscar Plano y Orellana le ganaran una y otra vez la espalda. Una sombra del futbolista que asombró en la Real Sociedad.

Insuperable e el juego aéreo, estuvo siempre atento para hacer la cobertura a sus compañeros, especialmente a Odriozola. El francés fue el único futbolista que dio consistencia a la defensa del Real Madrid, abortando la movilidad de Orellana.

No se prodigó como acostumbra en ataque y en defensa estuvo más apocado que en otras ocasiones, dejando el protagonismo a su compañero de fatigas, Varane. Partido muy discreto del camero, que apenas pasó por problemas en defensa.

Empezó chispeante, con un par de incorporaciones marca de la casa, pero cuando el Valladolid empezó a desplegarse aparecieron todas sus carencias. El brasileño se fue empequeñeciendo a medida que Waldo y Hervías le metían en problemas. Una sombra del futbolista que fue.

Empezó el partido como un huracán, rozando el gol con un remate a bocajarro que Roberto despejó con un paradón y apareciendo como un avión papra servir una asistencia que Jovic no transformó por centímetros. Pero después se apagó para no volver a aparecer en todo el partido. Se limitó a manetener la posición y a ayudar en tareas defensivas sin aportar nada al juego de creación.

Si no fuera por un remate al travesaño tras un paradón de Roberto a Jovic, nadie hubiera detectado que estaba sobre el terreno de juego. Desaparecido en tareas de creación, tampoco tuvo el protagonismo que acostumbra en tareas defensivas. Un cero a la izquierda, vamos.

Situado por Zinedine Zidane en la punta del rombo de la medular, el malagueño pululó por todas las posiciones del centro del campo sin lograr incidir en el juego de creacion. Algún toque de calidad, algún balón entre líneas, pero sin continuidad. Vamos, el Isco que nos tiene acostumbrado desde que aterrizó en la casa blanca.

Fue el único que dejó algún destello de luz con su clarividencia en el pase, pero de manera tan esporádica que acabó siendo intrascendente. El croata tuvo que renunciar a su vocación ofensiva para tapar agujeros cuando el Valladolid empujó en busca de la portería de Courtois. Eso sí, lo hizo con solvencia.

El bosnio devolvió a Zidane la confianza de su segunda titularidad consecutiva con un partido más que notable. Combinó con sus compañeros y apareció en zonas de remate con peligro. Roberto le privó del gol tras un extrarorinario cabezazo picado a la salida de un córner. Fue sustituido antes de la hora de juego, esta vez de manera injusta, ya que su compañero Benzema estuvo desaparecido.

Muy lejos del 'killer' que dejó entrever el pasado curso. El francés apareció de manera muy esporádica y sin capacidad para marcar diferencias. Si no fuera la niña bonita de Zidane hubiera sido el futbolista sustituido.

Salió en frío y no mejoró las prestaciones defensivas de Odriozola. Sufrió con las incursiones de Óscar Plano y tampoco pudo prodigarse en ataque.

Salió para intentar conectar el centro del campo con la delantera, pero apenas pudo entrar en juego. Como Modric, tuvo que esforzarse para evitar que el Valladolid se vocara sobre la portería de Courtois.

El primer balón que le llegó lo convirtió en gol. El brasileño estuvo muy atento para fusilar un rechace de Bruno y decidir el partido. Curiosamente, no supo explotar su velocidad cuando el Valladolid dejó espacios en busca del empate.

Salió en los últimos instantes para perder tiempo. No tuvo tiempo ni de tocar el balón.