El 1x1 del Real Madrid ante Osasuna

Osasuna no le exigió en ningún momento. Sólo se le recuerda una buena parada tras el descanso. El resto del partido fue un mero espectador más. En el gol la defensa le dejó totalmente vendido.

No se proyectó en ataque como en otras ocasiones. La nota positiva es que controló bien su espalda, algo que habitualmente le cuesta cuando le toca jugar en defensa. Al desmelenarse encontró el premio del gol en el añadido.

Pudo hacer algo más en el gol de Osasuna, pero en líneas generales cuajó un buen partido. Tras la lesión de Alaba ejerció de líder en la zaga blanca anticipándose siempre a su marca y estando atento a todos los cruces cuando tocaba apagar fuegos en el lado derecho.

Adelantó a su equipo en el marcador en una jugada ensayada que él mismo finalizó en boca de gol y tras el empate de Osasuna realizó las funciones de llegador en muchas ocasiones. Nunca se conforma, siempre quiere más. Abandonó el terreno de juego lesionado al descanso. Mañana se le realizarán pruebas médicas para conocer el alcance exacto de la lesión, que podría apartarle del partido del próximo martes contra el City. Veremos.

Le tocó bailar con la más fea. Un Chimy Ávila hiperactivo que fue de lo mejorcito de Osasuna. De las botas del argentino nació el primer tanto de los rojillos tras ganarle la espalda a Nacho, que si bien siempre cumple en el lateral pierde la marca más de lo recomendado en la posición. Cuando pasó a jugar de central en la segunda parte mejoró ostensiblemente.

Balanceó defensivamente al equipo, pero se le vio muy poco en ataque. Su presencia física es un seguro de vida para la medular. Aun así, tiene que aportar más a partir de tres cuartos de campo si quiere marcar diferencias.

Vio una cartulina amarilla a los cuatro minutos de juego. A pesar de eso, nunca se arrugó y jugó fluido y fácil al primer toque. El gol de Asensio es medio suyo por el pase que le dio a Nacho. Fue de menos a más durante todo el partido. Poco a poco le va tomando el pulso a lo que es jugar en el Madrid.

Entró por Kroos en la alineación y no se le vio mucho. Para los pocos minutos de los que ha disfrutado esta temporada, sin embargo, no se le vio oxidado. Es un futbolista que gusta a Ancelotti y podría jugar bastante en esta recta final de Liga para dar descanso a sus compañeros.

Sigue sin aportar nada al juego del Real Madrid, pero le salva el gol que tiene. Marcó el segundo tanto blanco por saber estar en el sitio y buscó puerta con varios disparos aislados que llevaban un veneno que se quedó sin inocular.

Muy lejos del nivel mostrado en los últimos partidos. Falló dos penaltis en la segunda parte. Su día más negro esta temporada. Lanzó las dos penas máximas al mismo lado y Herrera le adivinó las intenciones.

Ha crecido una barbaridad en el último mes. Dejó varios controles estupendos, puro Brasil. No tiene la electricidad de Vinicius, pero sí velocidad y finura. Un suplente de altos vuelos. Forzó uno de los penaltis que marró Karim.

Saltó al campo por Alaba al descanso y se ubicó en el lateral izquierdo, pasando Nacho a jugar de central en ausencia del austriaco. No es su sitio, pero tiene oficio y a pierna cambiada volvió a rellenar el expediente.

Entró por Ceballos a falta de 20 minutos para el final y dio tranquilidad a la circulación de balón blanca.

Carletto le regaló un cuarto de hora para proteger a Camavinga de la segunda amarilla. Cuando entró el malagueño Kroos pasó a jugar de mediocentro.

Entró en el añadido para perder tiempo. Cinco minutos le bastaron para fallar un gol cantado y regalar otro a Lucas Vázquez. Está hecho de otra pasta.