El 1x1 del Real Madrid - Chelsea

Le tiraron una vez a puerta y fue gol. Le tiraron dos y para adentro. Le tiraron tres y nada que decir (solo el VAR, escandalosamente, dijo que no valía). Le tiraron cuatro y esta vez no hubo narices a anularlo. No existe portero en el mundo que lo pare todo, pero el belga pareció uno más. Paró una en la prórroga fácil, poco motivo para subir la nota.

Vale, sí, jugó. No subió o, mejor dicho, lo hizo poco o nada. Atrás tampoco es que sufriera excesivamente, pero fue un partido absolutamente romo del lateral, que ni sumó ni restó. Ni frío ni calor.

Si falla el lateral derecho, ahí está él. Si fallla el central derecho, faltaría más. Si falla el izquierdo, no tengo planes. Si falla el lateral zurdo, faltaría mas. Responde siempre serio, pero seguramente no ofrece la excelencia que pide la camiseta. Agotado, pidió el cambio.

Es un jugadorazo, pero necesita que todo fluya para serlo. Cuando eso no ocurre, parece un futbolista de los discretos. Su pelea con la delantera del Chelsea fue funcionarial.

Prácticamente todo el ataque 'blue' transcurrió por su zona. Y ahí mandaba él, todo hay que decirlo. Pero no puede estar en todos lados y vio cómo la banda derecha de la defensa blanca era un coladero.

Menos cuando se echaba al suelo con las dos piernas en forma de pinza. Ya no llega bien ni rápido ni tensoAlguna vez lo hizo con solvencia, hace ya muchísimo tiempo.

Parecía un pollo sin cabeza, corriendo arriba y abajo sin demasiado sentido. Demasiado castigo para un futbolista de su talla, un talento único. Nunca dio la sensación de sentirse cómodo, pero la buenaventura siempre sonríe al Madrid y suya fue la asistencia para forzar una prórroga que no debió existir.

Apareció en el anuncio del once inicial del Real Madrid y, cuando arrancó el partido, desapareció. Ancelotti le sustituyó a poco más de un cuarto de hora para el final. No le llegan las piernas para tanto ritmo.

Ancelotti le ha convertido, con buen criterio, en titular. Siempre cumple, siempre aporta, siempre entiende qué hacer en cada momento. Otra cosa es que sus compañeros estén a su nivel.

El brasileño tiene una claca insoportable, mucho más ruidosa que su fútbol, que luce en los 'highlights' de 'youtube' de forma maravillosa, pero que suele ser un lastre en el fútbol de verdad. Su mejor virtud, echarse al suelo buscando la falta. En una prórroga que se inventó el árbitro asistió a Benzema.

Ni le encontraron con claridad ni se encontró él mismo. Se movió por todo el terreno de juego buscando los espacios para seguir siendo decisivo. No hubo manera. El Chelsea leyó bien cómo minimizar su enorme talento. Hasta que, en una prórroga de regalo, marcó. Así, así, así pierde el Madrid, pero pasa de ronda.

Salió cuando faltaba un cuarto de hora y el equipo lo agradeció. Sobre todo a nivel defensivo. Cierto es que, con él sobre el césped, los blancos encajaron el tercero, pero aportó solidez.

Difícil de entender su entrada por Mendy. Había jugadores mucho más susceptibles de ser sustituidos, pero el brasileño, si tenía que entrar, solo podía hacerlo en el lateral zurdo.

Entró a falta de diez minutos y, nada más hacerlo, marcó el 1-3 cuando más sufría el Bernabéu. Lo hizo a pase magistral de Modric. Forzó una prórroga creada por el árbitro de la nada.

Entró por Nacho, que acabó fundido. Sufrió muchísimo y se le vio algo perdido. Se encaró con Havertz y poco más. Quizás alguna falta prescindible.

Entró en el 115' y provocó una falta a tres minutos del final. Se estiró sobre el césped.