El 1x1 del Real Madrid ante el Betis

Ni bien, ni mal. Intervino poco porque el Betis, pese a merodear su área, no creó ocasiones claras. Solo Canales supo superarle por bajo, pero el gol no sirvió para nada.

Sorprende que el lateral no tuviera mayor libertad para sumarse al ataque con una defensa madridista tan poblada. Daba la sensación que en cualquier momento arrancaría a correr, pero jugó contenido y centrado en tapar a Joaquín. Rompió el fuera de juego en el gol de Canales, la prueba de que vivía en su área.

No tuvo demasiados problemas para ejercer su labor porque, además de ayudas, el Betis careció de la velocidad necesaria para desordenar la línea defensiva blanca. Despejar de cabeza los centros al área fue su mayor preocupación. No fue culpable del empate bético.

Siempre ha sido contundente, pero ahora que el físico ya no es el de los veinte años, cada día que pasa se le ven más las costuras y debe echar mano de la dureza. Tanto que Solari se ha visto obligado a colocarle dos centrales más a su lado.

Apareció en el once por sorpresa, como tercer central al lado de Varane y Ramos. Colaboró en dificultar la fluidez del ataque bético por acumulación, pero también ayudó a hacer al Real Madrid un equipo más pequeño.

De verse rodeado de compañeros cuya labor era la misma que la suya, defender hasta la extenuación. Sufre mucho más y exhibie sus deficiencias cuando aparece solo por delante de la defensa. No faltó a su cita con la amarilla, pero suya fue la acción que provocó la falta del 2-1. A ganas no le gana nadie.

Jugó un buen partido, entendiendo bien cuándo abrigar la banda y cuándo centrar su posición. Le falta experiencia, pero aprovecha las ocasiones para mostrar que pueden contar con él.

Ante tanta ausencia, con un equipo roto, fue de lo mejor del Real Madrid. Cogió la responsabilidad e intentó ofrecer soluciones, aunque echó de menos compañeros de viaje. Además, suyo fue el gol que abrió el marcador.

Tiene cosas, se le ven maneras, pero, lógicamente, no aporta al equipo el peso que un centrocampista debería ofrecer en el Real Madrid. La situación de los blancos no es la mejor para que crezca adecuadamente. El Betis ganó la batalla en la medular.

Sí, juega bien, le pone ganas, pero es tanta la parafernalia que le rodea que se acaban creando unas expectativas que rara vez se cumplen. Acabó desgastado por tener que pelearse con toda la defensa bética en solitario.

Suya es prácticamente toda la responsabilidad del ataque madridista. Su equipo puso en ciertos aprietos al Betis mientras aguantó. Tras la lesión, los de Solari ya solo se centraron en defender el 1-0 de Modric.

La epidemia de lesiones obligó a Solari a hacer jugar a Cristo González, al que le queda mucho para jugar con los grandes. El partido le vino grande y tampoco le ayudó el sistema conservador del Madrid. Cumplió.

El Benito Villamarín no indultó que cambiara los colores del Betis por los del Real Madrid ni tampoco cómo lo hizo, así que cuando salió, le pitó. Salió a ordenar el centro del campo, pero hizo algo mejor, marcar de falta directa el 2-1.

Su entrada deberá gestionarse bien, pero el ex del Manchester City varió algo la dinámica del ataque blanco, que ganó intensidad y presencia alrededor del área del Betis.