Fueron muchas las especulaciones esta semana acerca del vestuario 'roto' del Paris Saint-Germain. Pero lo único que rompió el tridente fue la portería contraria. Neymar, Messi y Kylian Mbappé se juntaron para destrozar al Lille con un 1-7 en la tercera jornada de la Ligue 1, celebrando los goles entre todos y alejando los fantasmas de la discordia.
Tardó poco y nada el equipo de Galtier en demostrar que están unidos... por lo menos en el césped. Y el poco significa menos de diez segundos: a los 8'' Messi ya asistía a Mbappé para que el francés, con una vaselina, definiera el 0-1 en el Pierre-Mauroy. Es el segundo gol más rápido en la historia de la liga.
No obstante, a partir de ahí las cosas serían un poco más complicadas. Porque el Lille se oponía a morir. Se retorcía en el suelo ante el inmenso cazador. Y Bamba puso en aprietos a Donnarumma, que en todas las ocasiones que le probaron respondió con creces, reteniendo la pelota sin mayores complicaciones para evitar la caída de su portería.
El PSG, en cambio, no fue tan benévolo. Lionel Messi se inventó otra maravillosa jugada para descargar con Nuno Mendes, quien sirvió de Jordi Alba para devolvérsela y que el argentino defina de derecha el 0-2.
Y antes del descanso la apisonadora sería aún más salvaje. Neymar se quiso pronunciar en el marcador y lo hizo, primero con una asistencia a Hakimi para que el marroquí definiera entrando desde banda derecha, y luego recogiendo un rebote en el área con la volea, clavando así el 0-4 antes de que Clement Turpin mandara a las duchas a todos.
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Para la segunda mitad las cosas estaban totalmente resueltas. Aunque aún faltaba otra conexión: la de Neymar y Mbappé. Primero el francés la dejó pasar y el brasileño marcó la 'manita', y luego Ney devolvió la gentileza para Kylian, que completó su hat-trick al 87'. Bamba descontó para el Lille, pero esa poca de gracia no alcanzó. Las sonrisas esta vez fueron para el tridente del PSG.