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La opción Mourinho se enfría en el PSG

Incluso ahora no se descarta una hipotética, pero difícil, continuidad de Galtier

Según informa Le Parisien, no hay negociaciones con el portugués ni tampoco se producirán en las próximas semanas

El técnico portugués rechaza el papel de favorito para la semifinal ante el Bayer Leverkusen / | Perform

El galimatías que es el PSG sigue lejos de solucionar sus múltiples frentes abiertos. Y uno de ellos, central y decisivo, radica en la figura del entrenador.

Dando por hecha la salida de Christophe Galtier, a pesar de que en las últimas fechas se ha llegado incluso a especular acerca de su continuidad, uno de los nombres que ha sonado con más fuerza es el de José Mourinho.

Pero lo cierto, según informaciones de 'Le Parisien' que recoge 'As', es que no existen negociaciones del PSG con el técnico portugués ni tampoco se producirán en las próximas semanas. En Qatar, la propiedad del club galo siguen siendo escéptica con respecto a la figura del el exentrenador del Real Madrid, aún por confirmar que Luis Campos vaya a tener la última palabra a la hora de designar la sucesión en el banquillo.

Y es que la pasada temporada, el consejero deportivo fichó a Galtier en una decisión personal que por ahora no ha cuajado. A ello hay que añadirle que Campos tiene una gran amistad con Mourinho, con el que ya trabajó en el Real Madrid, por lo que ambas partes podrían empañar esa gran relación en un club, el PSG, que está acostumbrado a sufrir grietas internas y a recibir golpes extradeportivos continuamente.

Hasta que acabe la presente temporada, a comienzos del mes de junio, el PSG no dará ningún paso firme en relación al futuro del entrenador.

 

Aunque Galtier ha repetido sistemáticamente, sobre todo después de la eliminación contra el Bayern, que se ve “legitimado para seguir la próxima temporada”, la realidad es que su continuidad depende única y exclusivamente de que el club le encuentre o no un reemplazo. De momento, la tranquilidad impera en París y la figura de Mourinho parece más lejos que nunca del banquillo siempre explosivo del Parque de los Príncipes.