El cambio que ha experimentado el fútbol femenino en los últimos años ha sido espectacular. Ha pasado del ostracismo absoluto a tener algunas ventanas de peso donde mostrar que estamos hablando de un deporte de calidad y con ello ha llegado un semiprofesionalismo que ya es un paso muy importante.
Queda mucho camino por recorrer, pero lo cierto es que se están dando pasos de gigante para que el deporte femenino en general y el fútbol en particular esté en un peldaño con los mismos accesos que el masculino.
Uno de los grandes culpables de la evolución del fútbol femenino en nuestro país es sin duda la Liga Iberdrola, organismo que ha potenciado el papel de la mujer en el deporte, provocando la transformación social a través de sus valores.
Ha participado activamente en el desarrollo del fútbol femenino en España a través de un plan integral que está permitiendo la profesionalización de clubes y futbolistas.
Un proyecto que incluye también la difusión de la competición a nivel audiovisual y que ha permitido abrir al fútbol femenino estadios históricamente reservados para partidos de hombres, consiguiendo un crecimiento del seguimiento de la competición y que se duplique el número de licencias federativas.
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El fútbol femenino está alcanzando importantes cotas de normalidad, que es lo que se pretende, ser considerado y reconocido como tal.