Es difícil resumir todo lo que pasó en Brighton en menos de cinco minutos. Arrancó el descuento con los locales perdiendo 1-2 ante la efectividad del Manchester United. Tras haber mandado cinco balones al poste durante el partido, el Brighton encontró premio en el 95’ con un tanto de March. 2-2. Antes del pitido final, el United dispuso de un córner a su favor. Lo remató Maguire, despejó la defensa local y el colegiado Chris Kavanagh pitó el final. Pero nada se acabaría aquí.
El VAR avisó al colegiado. Había manos de Maupay tras el remate de Maguire, con el tiempo ya cumplido y el final dictaminado. Lo revisó el árbitro en la pantalla y admitió la infracción: señaló penalti ante la incredulidad y las protestas del Brighton. Bruno Fernandes lo convirtió para dar al United tres puntos tan injustos por méritos futbolísticos, como necesarios para el club.
Antes de la locura en el descuento, el Brighton volvió a demostrar que es uno de los equipos más descarados de esta Premier. Controló y redujo al Manchester United a nivel de juego, aunque no pudo sostener el talento individual de los ‘red devils’, especialmente de Marcus Rashford.
Se adelantaron los ‘seagulls’ con un penalti a lo Panenka de Maupay, pero el United respondió con el empate a balón parado antes del descanso. La única llegada de los ‘red devils’ en los primeros 45 minutos, acabó con autogol del local Dunk. No bajó el pistón el Brighton, y en la reanudación buscó otro penalti, forzado por Conolly. Lo señaló el árbitro, pero lo descartó el VAR.
RASHFORD DESATADO
El United encontró una vía de escape en las carreras de Rashford. La presión de los locales dejaba espacio para la velocidad del inglés, que avisó con un primer tanto que anuló el VAR por fuera de juego. A la segunda, no perdonó. Lo lanzó Bruno Fernandes a la carrera. Rashford recogió el balón y desde el vértice del área recortó hasta sentar dos veces a Ben White, y definió con la zurda a la escuadra de Ryan. Uno de los goles de la jornada.
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Solskjaer no escondió sus intenciones y trató de guardar la ropa con las entradas de Fred y Bailly, pero el Brighton siguió atosigando. March mandó otro balón al poste, pero el enésimo fue de Trossard, a falta de 10 minutos que completó su hat-trick de tiros a la madera. El belga tuvo otra en el 92, que sacó una mano de De Gea. El cabezazo de March en el último minuto del descuento parecía el premio que merecían los sureños, que no contaban con el VAR ni los penaltis de Bruno Fernandes para dejar uno de los finales más rocambolescos de los últimos años en Inglaterra.